Newell's empató y está en la Sudamericana

Mauricio Tallone / Ovación

Newell's le dijo adiós al Clausura con la recompensa del deber cumplido. Dio con el punto que le faltaba para abrazarse a la clasificación a la Copa Sudamericana y en el mismo paquete, despidió a Arsenio Ribeca con una sonrisa.

Conseguir el pasaje que buscó fue una cuestión burocrática para Newell's. Es que los rojinegros, una vez que sintieron que el negocio no corría riesgo, parecieron sellar un pacto de no agresión ante este Independiente de andar quebradizo.

La principal postal que entregaron los noventa minutos mostró a dos que se llamaron a un sosiego inentendible. Que nunca salieron de la insinuación. Que jugaron en potencial hasta cuando convirtieron sus goles.

Y eso que el arranque había sido más o menos auspicioso. Porque en los veinte minutos iniciales la pelota circuló con cierta fluidez y ambos equipos parecieron bien dispuestos. Sin embargo, en un recreo todo se desdibujó y la escena devino en largos pasajes de inacción.

De ahí que el 1 a 1 rubricó una equidad general casi perfecta en la distribución de todas las variables que componen un partido: goles, méritos, defectos y hasta lapsos de dejadez en los que cayeron uno y otro.

Lo de Newell's resultó paradójico porque necesitó verse en la cornisa para convencerse que debía dar un salto valiente. Recién después del tanto del pibe Cereseto, tras una buena jugada entre Scocco y Lucero, se dio cuenta de que el gol de Frutos le arruinaba sus planes. Es que la grosería que cometió Villar al querer rechazar una pelota y dejársela servidita al delantero de Independiente fue la única circunstancia más o menos aliada al suspenso que disparó semejante paridad.

La impotencia de los dos tampoco le hizo ningún favor al complemento. A Independiente no le disgustó hacer del trámite una siesta placentera. Y los rojinegros se aferraron a la igualdad como a una tabla de clasificación. Entonces, todo ingresó en la zona del cansancio y las interrupciones. Más allá de que un desborde de Cereseto encontró a Lucero y su remate quedó en el palo derecho de Navarro Montoya. También tuvieron la victoria el propio atacante leproso tras un córner de Scocco y el ingresado Rodas se lo perdió en un mano a mano con el Mono.

Nada más ocurrió. Por eso Ribeca utilizó el tiempo muerto en el que había caído el bodrio para que la gente le diera un baño de reconocimiento a Capria y Rosada. El Mago se va y el volante tendría los días contados en el club.

Como hace un buen tiempo que Newell's no tiene ni arte ni parte en el Clausura, anoche se dio un par de gustos que se debía: abrochó su clasificación a la Sudamericana y le dio la despedida a Ribeca con la mejor sonrisa.

Scocco se cae luego de pelear la pelota con Cáceres.