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 domingo, 03 de julio de 2005  
Carencia de minerales: el cuerpo pide hierro

El organismo se nutre diariamente de determinadas vitaminas y de una serie de minerales para su normal funcionamiento. En este sentido, el hierro aparece como la carencia nutricional más importante en la Argentina. Según los datos del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), la mitad de los niños menores de dos años y un tercio o más de las mujeres embarazadas argentinas sufren anemia ferropénica, que es como se llama al déficit de hierro.

Durante mucho tiempo se culpó al hierro de provocar cólicos, irritabilidad, constipación, diarrea y una mayor incidencia de infecciones. Con el tiempo se demostró que no presentaba efectos colaterales. Por el contrario, el cuerpo mismo lo demanda.

Un adulto contiene, normalmente, entre tres y cinco gramos de hierro en su organismo, de los cuales se pierden, cada día, entre uno y dos miligramos con la orina, las heces y el sudor. Es necesario reponerlos para prevenir la anemia ferropénica, enfermedad estrechamente asociada con esta carencia nutricional. Si además la madre o el niño consumen leche de vaca común durante la lactancia, si la mujer tiene menstruaciones abundantes, si se somete a dietas estrictas o si pertenece a una familia de muy bajos recursos económicos, la demanda se hará mayor.

La doctora Elvira Calvo, coordinadora del área de nutrición de la Dirección Nacional de Salud Materno-Infantil del Ministerio de Salud de la Nación dijo que las personas más propensas a manifestar carencia de hierro son los lactantes, niños mayores de dos años, mujeres en edad fértil (en especial durante las menstruaciones, el embarazo y la lactancia) y los adolescentes. Los lactantes incorporan el hierro a través de la leche materna. Siempre y cuando la madre se haya provisto de una cantidad suficiente, esta dosis alcanza. Pero a partir del sexto mes de vida, el bebé demandará una mayor cuota que la disponible.

En estos casos, el Cesni no aconseja sustituirla por la leche de vaca, ya que "existe riesgo de deficiencia de hierro y de otros nutrientes". El Comité de Nutrición de la Academia de Pediatría, si bien respalda fehacientemente la lactancia, recomienda las fórmulas infantiles.

"Después del destete -dice el doctor José Méndez, pediatra del Hospital Alemán porteño- las fórmulas infantiles son la mejor elección". Aunque aclara que "los componentes difieren según la empresa láctea que las fabrica". El doctor Méndez no las recomienda en recién nacidos, puesto que "sólo aportan entre el siete y el doce por ciento de hierro, mientras que de la leche humana se absorbe más del cincuenta por ciento".

Se sabe que debido a la menstruación, las mujeres en edad fértil requieren de un mayor porcentaje de hierro que los hombres sobre todo si los períodos son abundantes. Lo ideal son 18 miligramos diarios, pero la realidad muestra que apenas consumen 14. De ahí que resulte conveniente incorporar, previo al embarazo, alimentos ricos en hierro y productos debidamente fortificados, mantener esta dieta durante la gestación y continuarla durante la lactancia.

La adolescencia es una de las etapas de la vida donde se manifiestan los mayores cambios y en la que la deficiencia de hierro es también notable. En los varones está dada por una rápida acumulación de masa corporal magra y en las mujeres, por el aumento de peso y el comienzo de la menstruación. Una alimentación rica en nutrientes constituye el remedio más sano y natural.

La deficiencia de hierro es una de las carencias nutricionales más comunes y la principal causa de anemia en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, en primer lugar, el consumo de alimentos ricos en este mineral, tales como carnes rojas, pescado, verduras de color verde y la yema de huevo. También los cítricos, porque facilitan su absorción.

Rita A. Barratto
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