Crece la polémica por la inlusión de las islas como territorio europeo de ultramar

Malvinas: el gobierno prepara una fuerte reacción diplomática

El canciller confirmó que se reclamará ante el bloque regional. También reconoció que "no es un tema nuevo"

El gobierno prometió ayer una "fuerte reacción diplomática y política" para reivindicar el reclamo de soberanía argentino sobre las islas Malvinas y expresar el rechazo a su inclusión como territorio de ultramar para la aplicación de la Constitución de la Unión Europea (UE).

La fuerte reacción oficial, a través de sus canales diplomáticos, se produjo tras difundirse que en la nueva Constitución para Europa, en la parte III-286, anexo II, se establece que tanto las Malvinas como el territorio antártico reclamado por el Reino Unido forman parte de los "países y territorios de ultramar" de la UE.

Para la Casa Rosada, desde el punto de vista diplomático se cumplimentaron todos los recursos formales de queja, por lo que ahora sólo queda abierta la tarea política, en forma bilateral con cada país de la UE, para continuar con el reclamo por los derechos sobre el archipiélago.

Desde el Foreign Office británico reiteraron que la situación de las Malvinas "no ha cambiado" respecto del reclamo argentino, por lo que se ratificó la posición intransigente de aceptar negociación alguna sobre soberanía (ver aparte).

"El episodio nos produce un profundo rechazo", disparó el canciller Rafael Bielsa, quien adelantó que "desde hace tiempo se están cursando cables" a los 25 embajadores ante el mismo número de miembros de la UE "para que presenten las respectivas protestas".

Sin embargo, Bielsa estimó que el tema "no es un episodio nuevo ni inminente" al entender que el Reino Unido, que ejerce dominio sobre la islas, pidió ser de "los últimos en expedirse sobre la aprobación o no de la Constitución europea", que incorpora a las Malvinas como territorio de ultramar.

Más allá de la letra de la futura Carta Magna, para el jefe del Palacio San Martín es "muy difícil" que la Comunidad Económica Europea, en su rol de organización de países, asuma como propia la defensa de los intereses de la corona británica a la luz de la prédica de las Naciones Unidas de avanzar en una negociación bilateral para resolver el diferendo.

"Desde hace más de 20 años Naciones Unidas viene instando de manera bilateral" a solucionar el conflicto, "de modo que sería también autocontradictorio que un organismo propusiera una salida distinta", reafirmó.

En tanto, para el embajador argentino ante la UE, Jorge Remes Lenicov, al país le aguarda "una fuerte acción diplomática y política" en su reclamo ante el bloque.

La Argentina presentó ante la UE, a través de la Cancillería, su desacuerdo por la inclusión del archipiélago como territorio de ultramar, al que se extiende la aplicación de la Constitución del bloque, y advirtió que las islas no deben estar contenidas en esa categoría.

En rigor, este tipo de gestiones ante las comunidades europeas se vienen haciendo desde 1972, cuando el Reino Unido adhirió al Tratado de Roma para ingresar a la UE.

Si bien el conflicto surgió a la luz pública por una investigación del Instituto Buenos Aires Planeamiento Estratégico (Ibape), la diplomacia argentina ya había hecho las reservas correspondientes ante las instituciones de la UE, a través de la embajada emplazada en Bruselas (Bélgica).

En términos diplomáticos, la reserva ante el texto del borrador de la futura Constitución significa la explicitación del desacuerdo argentino sobre el particular.

La Argentina reivindica históricamente en todos los foros multilaterales la soberanía sobre el archipiélago austral y demanda a Inglaterra la apertura de negociaciones, más allá de las cuestiones productivas y comerciales.

"El episodio nos produce un profundo rechazo".