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 sábado, 23 de abril de 2005  
El humor de "Cómicos Stand Up 2" llega hoy al teatro La Comedia
Sebastián Wainraich: "Yo también me fijo en los ratings porque todos estamos metidos en la enfermedad"
Para el notero de "Indomables" los monólogos que presenta no requieren que sea actor

U. G. Mauro / La Capital

"Lo peor de toda esta cuestión es que al rating lo inventó la propia televisión, con lo que parece que se está suicidando", señaló el humorista televisivo y conductor radial Sebastián Wainraich, del elenco de "Cómicos Stand Up 2", que hoy a las 22 se presenta en el teatro municipal La Comedia, Mitre y cortada Ricardone.

Wainraich, que integra el equipo del ciclo televisivo "Indomables" que conduce el ex Sumo Roberto Pettinato, se presentará junto a Diego Reinhold, Peto Menahem y Natalia Carulias, con una propuesta en la que cada uno de los artistas, al estilo de los tradicionales humoristas teatrales estadounidenses, enfrenta al público con sus monólogos, sin apoyos escénicos de ningún tipo , salvo una luz cenital y un micrófono.

-¿Cómo son los personajes de "Cómicos Stand Up 2"?

-En realidad, aquí los personajes no existen. La traducción del título lo explica de alguna manera: se trata de "cómicos parados". Cada uno de nosotros aparece en escena haciendo un monólogo sobre cosas cotidianas de la vida.

-Algo muy estadounidense...

-Pero no una sit-com. La sit-com no se puede hacer en la Argentina. Lo que sí hacemos es el monólogo, pero en este caso hablamos de temas nuestros.

-Entonces se trata sólo de una sucesión de monólogos.

-Sí. Pero lo tenemos a Diego Reinholdt como presentador. Es un tipo muy talentoso, al que entre otras obras se lo vio en "Peter Pan". Además, canta, baila y hace sus números graciosos. También está Natalia Carulias, que habla sobre su infancia y sobre la televisión; Peto Menahem, que ahora está en "Los Felipes" y habla de cuestiones bíblicas y religiosas. Yo ofrezco una primera parte con un monólogo sobre la gran cantidad de cosas que no sé y otro sobre las relaciones que establezco con la gente, sobre las relaciones de pareja incluso sobre mi relación con los mozos, la gente y también sobre la infancia. Además, entre número y número aparecemos los cuatro en el escenario haciendo otras cosas.

-A partir de trabajar en un ciclo que nació para hablar de la TV como es el caso de "Indomables", ¿cómo te llevás con toda esta historia que se ha generado en torno al tema del rating?

-Toda esa cuestión me parece una locura. El programa "Indomables" ocupa el cuarto lugar en las mediciones correspondientes a su segmento horario, pero eso, en lugar de generarme algún tipo de tristeza o angustia, en realidad me tranquiliza. Yo siempre he creído que el rating se mide en la calle, porque es allí donde se percibe la auténtica repercusión de los que hacés. Otro factor que te tranquiliza es que si ves el programa notás que estamos repletos de auspiciantes, porque las firmas ven claramente los beneficios que le reporta la inversión publicitaria que realizan.

-¿Qué es lo real en la llamada "guerra de la tele"?

-Que todo eso es una locura, porque de lo que hay que hablar nadie habla, y que es si los programas de televisión son buenos o son malos; sólo se comenta cuánto midió tal o cual cosa. Creo que definitivamente la guerra de la TV es enloquecedora y además una carrera hacia la nada. En definitiva, ¿qué quiere decir que hayas medido dos puntos menos o más?, ¿que sos mejor?, ¿que sos peor?

-¿Cómo se vive eso cotidianamente dentro de un canal?

-Ver a los productores de los programas parados en los pasillos mirando las planillas diarias de las mediciones de rating es patético; "¡Uy, mirá: en tal minuto del programa tal o cual, cuando dijimos al aire la palabra culo, subimos dos puntos más!", y allí nomás dan la orden correspondiente para incluir más palabras "culo".

-¿Y cuál sería la solución?

-Lo único deseable sería que no existan más las mediciones del rating, que desaparezcan, pero es evidente que alguien las necesita, y mucho, para no quedarse sin laburo; sobre todo Ibope... Pero, ojo, yo también me fijo en los ratings porque todos estamos metidos en la enfermedad. Es terrible; nadie parece ponerse a pensar que el rating deja sin trabajo a mucha gente. Al programa que por alguna razón un día "mide poco" directamente lo levantan sin mayores consideraciones. Lo peor de todo esto es que al rating lo inventó la propia televisión que así, evidentemente, da la sensación de que se está suicidando.

-Por lo que decís, parece que de calidad ya nadie habla...

-La televisión no tiene únicamente programas malos, aunque a veces eso de decir "culo" para que suba el puntaje parece desmentirlo. Con la televisión existen también muchos prejuicios. Ya es costumbre destrozarla y repetir una y otra vez que la TV es para tontos, cuando al fin y al cabo es como cualquier medio. Me parece que la TV no debe ser puro entretenimiento, pero ésa es otra de las cosas de las que tampoco estoy seguro (risas), porque no me gusta caer en la de los paneles de TV, donde todos opinan sin tener idea de nada. Quiero acostumbrarme a decir "no sé".
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