Tropas rusas matan en combate al líder separatista checheno, Aslan Masjadov

Putin prometió una recompensa para las fuerzas militares implicadas en la operación antiterrorista

Moscú. - El líder separatista y ex presidente checheno, Aslan Masjadov, fue abatido ayer por fuerzas del ejército ruso en un combate alrededor de 20 kilómetros al noroeste de Grozny (capital chechena), informaron fuentes militares de Rusia citadas por la agencia rusa Interfax. "Confirmo que Masjadov murió cerca de la localidad de Tolstoi-Iurt. Allí se produjo un enfrentamiento. Masjadov se refugió en un búnker debajo de una casa", dijo el portavoz del ejército ruso en el Cáucaso norte, Ilya Shabalkin.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se mostró cauto después de recibir la noticia, de parte del servicio secreto interno ruso FSB. El jefe del FSB, Nikolai Patrushev, se reunió en Moscú con el mandatario. "Todavía hay que hacer mucho trabajo (en Chechenia). Hay que agrupar a las tropas, para proteger de los bandidos a los ciudadanos de Chechenia y de toda Rusia", declaró Putin en Moscú.

Después de recibir la información sobre la muerte de Masjadov, nacido en 1951, Putin prometió una recompensa a las fuerzas implicadas en la operación. "Si se confirman estas informaciones, se deberá proponer a los implicados para una condecoración", señaló el responsable del Kremlin. Hace años, las autoridades rusas ofrecieron ya una recompensa de 300 millones de rublos (cerca de 11 millones de dólares) por la cabeza de Masjadov.


¿Muerte accidental?
La dirigencia chechena fiel a Moscú confirmó por su parte el deceso del líder separatista, que junto al terrorista checheno Yamil Bassayev encabezaba la lista de personas buscadas por las autoridades rusas. Aunque se intentaba capturarlo con vida, Masjadov murió posiblemente por accidente, cuando uno de sus guardaespaldas cometió un error en el manejo de su arma, dijo el vicejefe de gobierno checheno y jefe de la guardia presidencial, Ramsan Kadyrov, según Interfax: "Nadie había planeado matarlo".

Según fuentes rusas, el grupo de Masjadov pretendía llevar a cabo ayer un gran atentado contra las autoridades de Tolstoi-Yurt. Debido a la celebración del Día Internacional de la Mujer, se esperaba la presencia de numerosas personas frente al ayuntamiento. Las mismas fuentes señalaron que rebeldes chechenos capturados llevaron a las fuerzas rusas tras la pista de Masjadov.

Masjadov era uno de los dirigentes más buscados por las tropas rusas que le atribuían responsabilidad en varios de hechos de violencia más importantes de los últimos años protagonizados por los independientistas.

El Kremlin responsabiliza al líder rebelde muerto de haber perpetrado junto a Bassayev numerosos atentados terroristas en los últimos años, incluyendo las tomas de rehénes en el teatro Nordost moscovita y en una escuela de Beslán, que dejaron cientos de muertos. Sin embargo, defensores de los derechos humanos apuntaban que Masjadov era el último hombre influyente de la resistencia chechena con el que se habrían podido mantener negociaciones, y señalaron que su muerte es "una mala noticia".

También políticos de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) advirtieron que no hay que sobreestimar la influencia de Masjadov. "Hasta donde sabemos, Masjadov no tenía tanta influencia como Bassayev", apuntó el presidente de la fracción Rodina (Patria) en la Duma, Dmitri Rogosin.

Nacido en 1951, Masjadov, un militar que revistó en el ejército soviético en la década del 80, fue líder de la guerra separatista (1994-1996) y asumió la Presidencia chechena después del retiro de las fuerzas militares de Moscú en 1996. En 1997 logró un acuerdo de paz con Moscú pero un año después, cuando los principales caudillos militares chechenos le quitaron el respaldo a raíz de sus relaciones con Rusia, le cedió el poder a Shamil Bassayev, el más popular "señor de la guerra".

En 1998, en el marco de una invasión rusa a Chechenia, justificada con el argumento de la lucha "antiterrorista", Masjadov rompió relaciones con Moscú y se pasó al bando de los jefes guerrilleros más radicalizados. Cuatro años después, Moscú dictó una orden de captura contra Masjadov considerándolo un "terrorista" más. Aún, en ese contexto de beligerancia, Masjadov trató de delimitar su responsabilidad y jamás aceptó que se lo encasillara en el mismo espacio violento que ocupaban otros jefes guerrilleros.

Masjadov yace muerto tras el supuesto enfrentamiento.