| miércoles, 09 de marzo de 2005 | Un poste de hierro cayó en zona oeste e hirió a dos niños, uno está grave La estructura estaba floja por un accidente ferroviario Dos chicos de 9 y 10 años resultaron gravemente heridos cuando un viejo poste de hierro se quebró y los aplastó mientras jugaban en un descampado de Felipe Moré y Urquiza, en un barrio humilde la zona oeste. Al cierre de esta edición, uno de ellos permanecía en estado delicado y el otro estaba fuera de peligro, aunque en permanente observación médica, en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela.
El accidente ocurrió cerca de las 18 de ayer. A esa hora, Víctor Valdez, de 10 años, y Gabriel Jaime, de 9, jugaban en un baldío de las vías abandonadas del ex ferrocarril Belgrano. Al parecer, y según las versiones de varios testigos, Gabriel se colgó del poste y comenzó a hamacarse. El movimiento pendular hizo que la columna se quebrara a unos 20 centímetros de la base y le provocara un fuerte golpe en la cabeza y aplastara literalmente a su amiguito Víctor, que en ese momento se encontraba agachado tratando de capturar un saltamontes de entre los rieles.
La rotura del poste produjo un ruido similar al de la explosión de una bomba, por lo que varios vecinos salieron de sus casas alarmados. Una vez afuera vieron el peor panorama: los dos chicos tendidos e inconscientes sobre las vías y con la columna encima de ellos.
Llamaron inmediatamente a una ambulancia, pero nunca llegó. También telefonearon al Comando Radioeléctrico. Obligados por la urgencia, los padres de los chicos le pidieron a un vecino que los llevase al hospital. Recién cuando estaban saliendo llegó un móvil de la Patrulla Urbana que los escoltó hasta el hospital Carrasco. Allí recibieron los primeros auxilios y luego fueron al Vilela, donde anoche permanecían internados.
Al dolor por lo ocurrido con los pibes, los vecinos de lugar le sumaron la indignación. Es que el poste que causó la tragedia ya estaba peligrosamente inclinado a raíz de un accidente que provocó una formación de la línea NCA. Según coincidieron en señalar, hace un mes un tren que pasó por el lugar arrastró los viejos alambres del telégrafo y tumbó cuatro de esos postes añejos. Los que quedaron en pie estaban ya en una condición muy precaria y nadie de la empresa se dignó a sacarlos y así despejar el peligro que representaban para los chicos que suelen jugar en ese baldío.
La columna que se quebró y provocó el accidente tenía una inclinación de 45 grados, y sólo se sostenía con unos alambres de otro poste que también quedó en la misma situación, a unos 50 metros.
Ante ello, la furia de familiares y vecinos apuntaba a la desidia de la empresa de ferrocarril que no sacó las columnas cuando éstas fueron sacudidas por el tren que las arrastró hace un mes. También descargaron su bronca con el Sies por no concurrir con premura apenas fueron avisados del accidente.
Ya en la sala de guardia del Vilela, la situación era desoladora para los familiares que esperaban noticias. El padre de Gabriel, Héctor Jaime, comentó escuetamente a La Capital que había salido a comprar carbón para cocinar unas tortas fritas y al volver se encontró con ese panorama desgarrador: su hijo estaba tendido e inconsciente, y sólo pudo reconstruir el hecho con los detalles que le comentaron sus vecinos.
Al parecer, Gabriel sufrió un fuerte golpe en la cabeza y fue necesario hacerle una tomografía computada para analizar la gravedad del cuadro. "Los médicos me dijeron que estaba fuera de peligro; el que está grave es el otro chico", dijo el padre. La peor parte se la llevó Víctor, quien hasta anoche permanecía en grave estado por las fracturas que lo provocó el golpe, con posible hundimiento de tórax, por lo que su situación era desesperante. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La columna se cayó por el peso de uno de los chicos. | | |