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 domingo, 06 de febrero de 2005  
Mercados: El canje de deuda y un gobierno argentino con suerte
Una renegociación favorable empujará al alza a la Bolsa y a los bancos, Acindar, Telecom y Petrobras a vedette

Salvador Di Stefano

El gobierno argentino trabaja denodadamente para tratar de que el canje sea un éxito, como su ansiedad lo supera amaga sacar una ley que prohíbe mejorar la oferta, fija que los bonos que no entren en la operación salgan de cotización y le prohíbe al ministro de Economía hacer acuerdos judiciales con bonistas.

Las consecuencias: deja de ser un canje voluntario para ser compulsivo y esto cambia la calidad de los títulos; se viola el prospecto presentado en la Comisión Nacional de Valores estadounidense (SEC) y el pacto judicial con el juez neoyorquino, Tomas Griesa, sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo de partes; y no cambia lo que los mercados opinan de Argentina, el canje por ahora, y sólo por ahora, es un fracaso, pero todo puede cambiar a fines de febrero.

Las expectativas del gobierno eran que el canje se llevaba adelante en dos partes, el período "temprano" y el remanente. En el primero entraban los minoristas y los inversores institucionales locales esperándose una adhesión cercana al 40%, y en una segunda parte ingresaban los inversores institucionales del exterior tratando de conseguir una adhesión cercana al 25% para totalizar una adhesión equivalente al 65% del total.

En verdad, lo que hasta ahora aconteció es que los inversores minoristas reniegan de la oferta del gobierno y salieron a vender los títulos a una paridad del 30% o bien no desean presentarse al canje, con lo cual el nivel de adhesión lastimosamente llegara al 35% según algunas estimaciones, lo que coloca al canje en un virtual fracaso según lo esperado.

Sin embargo, no luce tan a fracaso porque cambiarán las condiciones generales del canje. Los minoristas se retiraron y ahora el gobierno negocia con inversores institucionales fuertes en busca de una adhesión que arribará en la última semana de febrero. Como los actores son muchos más fuertes y profesionales el gobierno los amenaza con una interrupción abrupta en la negociación y desea sacar una ley que le ate las manos y no le permita ir a segunda vuelta.

En Argentina existe un hartazgo de que los gobiernos saquen leyes que les aten las manos a los políticos para luego sacar otras que se las desaten. Así, basta recordar, la ley de convertibilidad, que decía que nunca se iba a devaluar; la ley de responsabilidad fiscal, que decía que nunca habría más déficit; la ley de intangibilidad de los depósitos, que decía que nadie sería confiscado, etcétera. Por ende, como decía el refrán de nuestros abuelos: "Hecha la ley hecha la trampa". Son leyes funcionales a un momento económico que luego se derogarán si la Patria y los estafadores, perdón gobernantes de turno, así lo requieran.


Lo que viene
Con los minoristas retirados del mercado el gobierno se enfrenta a un homogéneo grupo de inversores institucionales que compraron títulos defaulteados y ahora buscan una ganancia adicional mejorando la oferta presentada por el gobierno.

El mercado arbitra bruscamente a la suba por dos razones: la primera, que confía que con esta ley aprobada en el Senado comienza una negociación con mayor fuerza y cree en el éxito del canje; la segunda, son los datos de desempleo de la economía estadounidense que se conocieron en la mañana del viernes y que dan cuenta de un fuerte crecimiento económico en Estados Unidos, posible baja del déficit fiscal y consecuentemente menos presión alcista para la tasa de interés.

El dato relevante es que la tasa de retorno de los bonos de tesorería estadounidense a diez años cayo al 4,05% anual, con amplias posibilidades que se ubique por debajo del 4%, que llevará a un escenario inédito de achatamiento en las curvas de rendimientos, con una tasa de corto plazo en Estados Unidos del 2,5% y Libor a 180 días en el 3%.


Escenario probable
Este escenario de confirmarse hace que los bonos que se emitan por el canje tengan una baja tasa de rendimiento, por lo que existen más posibilidades de apreciación. En este sentido, ya hay muchos analistas que indican que el precio esperado en el mercado neto para que pagará el cupón en efectivo será de 1,33 dólar por cada 100, mientras que los títulos rondarían los 32 dólares. Esto potenció la demanda de papeles y la consecuente suba de los títulos y la Bolsa.

En lo que respecta al índice Merval superar los 1.400 puntos da cierto mareo. El mercado se prepara para asaltar el objetivo de los 1.500 puntos, pero está atado a la suerte que corra el canje.

Los bancos tendrán un recorrido excepcional si esto ocurre. El mejor banco desde los fundamentos es Macro-Bansud, mientras que desde el marketing el mejor es el Grupo Financiero Galicia. Acindar, Telecom y Petrobras en ese orden por volumen, presencia y categoría, serían las más convocadas a una mejora en precios.

Conclusión: el canje no viene tan mal como se presagia, simplemente que es una pena que pase de voluntario a forzoso porque cambiará la calidad de los títulos. El contexto internacional le sonríe al presidente Néstor Kirchner y parecería que se consolida un escenario de tasas bajas de largo plazo en el mundo.

Los bonos están cerca de un techo, no obstante seguirán muy demandados los bonos en pesos que ajusten por inflación porque el gobierno pretende tener controlado el dólar en la banda 2,90/3 pesos y la tasa de interés pasiva en el 3% anual. Esto impulsará a un ajuste importante de los precios en la economía con una inflación proyectada de dos dígitos para el año 2005. La Bolsa esta tan alta que marea, pero parece que irá en busca de su objetivo en los 1.500 puntos.
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