Pérdida de hormonas sexuales

Los hombres también tienen osteoporosis

María Laura Favarel / La Capital

"Tradicionalmente pensada como una enfermedad de la mujer, en la última década surgió la noción de que la pérdida de masa ósea es también una consecuencia inevitable del envejecimiento masculino", consigna el informe Osteoporosis en el hombre, elaborado por la Fundación Internacional de la Osteoporosis (IOF, por sus siglas en inglés). Se estima que un hombre de cada cuatro mujeres la padece y recientes estudios revelan que esta afección, que aumenta el riesgo de fracturas ante traumatismos leves, es mucho más frecuente en el varón de lo que se creía hasta ahora. Tanto es así que "el riesgo de un hombre de sufrir una fractura osteoporótica es mayor que sus probabilidades de desarrollar cáncer de próstata", señala el estudio.

"Siempre se pensó que era una enfermedad femenina porque, en primer lugar, es más común entre las mujeres después de la menopausia como resultado de la abrupta pérdida de las hormonas sexuales (estrógenos)", explicó el doctor José Zanchetta, profesor de osteología de la Universidad del Salvador y director del Instituto de Investigaciones Metabólicas. En los varones la hormona sexual masculina (testosterona) declina lentamente a partir de la cuarta década. Esto es en parte lo que llevó a pensar que los hombres no presentaban la enfermedad, sin embargo, actualmente se estima que el déficit de testosterona afecta a más de 700 mil argentinos.

El endocrinólogo rosarino, Ariel Sánchez, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Osteoporosis (SAO) explicó a La Capital que "al igual que la mujer, que en la menopausia pierde la protección de los estrógenos, los varones por alguna enfermedad o accidente comienzan a producir menos testosterona después de los 60 años. Como consecuencia, el hueso pierde la protección de la hormona sexual".

La tasa normal de pérdida es de uno por ciento, pero una persona que pierde 3 ó 4% por año en poco tiempo tendrá una disminución porcentual muy importante en su densidad mineral ósea".

"A pesar de que las fracturas por fragilidad son menos comunes entre los varones que en las mujeres, cuando ocurren, pueden asociarse con una morbilidad y mortalidad más alta", señala el informe de la IOF difundido el mes último con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis y que en esta ocasión hizo foco en la fragilidad ósea masculina.

Sin embargo, continúa el informe, la falta de conciencia sobre la osteoporosis y las fracturas como parte de una enfermedad de varones es similar a la que padecieron las mujeres 50 años atrás. "Los varones no se dan cuenta de que la silenciosa epidemia de osteoporosis los afecta, ni de que sus huesos se vuelven cada vez más finos y porosos a medida que avanza la edad".

En palabras del profesor Ego Seeman, investigador australiano, autor principal del informe de la IOF, "desafortunadamente, la mayoría de los varones, de los doctores y de los gobiernos no están al tanto del problema. Cuando un hombre entra a un consultorio, el médico piensa en enfermedad coronaria, problemas de colesterol, hipertensión y accidente cerebrovascular, pero en osteoporosis y fracturas nunca, o raramente".

Por su parte, Sánchez subrayó que son pocos los hombres que consultan por este motivo, "menos de lo que deberían, teniendo en cuenta que 1 cada 5 lo sufrirá". Por esto el especialista aconsejó preocuparse sobre todo a los que presentan algún indicio de disminución de su función sexual, ya que esta es una señal de la pérdida de hormona masculina. "No sólo deberían preocuparse por mejorar su función sexual sino también de su salud ósea", remarcó.

"Hay tratamientos que han demostrado ser útiles en varones" -dice Zanchetta, de la IOF-, y entre otros citó el alendronato (bifosfatos), que evita la reabsorción ósea, y la hormona paratiroidea, un formador de hueso efectivo en los varones con osteoporosis.

Las drogas más modernas que se usan hoy para combatir la descalcificación ósea de la mujer todavía no han sido probadas en varones, por lo que su uso se restringe sólo al público femenino. Probablemente la toma de conciencia de que este problema no distingue géneros permita que en un futuro los varones dispongan de herramientas terapéuticas más efectivas.

A partir de la cuarta edad los hombres pierden la protección de la testosterona.