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 miércoles, 29 de septiembre de 2004

Un doloroso misterio, todavía sin respuestas
Hace un mes murió una anciana tras sufrir un arrebato. La familia busca testigos para aclarar el crimen

Hace poco más de un mes, un martes a la tarde, Sofía Cabrera fue a visitar a una familiar que estaba internada en terapia intensiva. La suegra de su sobrina estaba en grave estado y su pronóstico no era alentador, pero ella no podía dejar de acompañar a los suyos en un momento tan difícil. Fue a escuchar el último parte médico del día, charló extensamente con su sobrina y luego volvió hacia su casa. Joven y vital, a sus 79 años, no le pareció necesario tomar un taxi, a pesar de las sugerencias de sus parientes. Tras bajar del colectivo, a metros de su casa, alguien -no se sabe siquiera si fue una sola persona- le dio un violento golpe en la cabeza para arrebatarle su cartera. Días después, el viernes 27 de agosto falleció en un sanatorio y todavía no se sabe casi nada sobre lo que sucedió.

La tragedia se cruzó sin pedir permiso en el camino de la familia Cabrera. Al día siguiente de morir su tía abuela Coca en ese hecho aberrante, Daniela perdió finalmente a su suegra, que estaba muy grave. Tan grave, que aquel fatídico martes Daniela le había dicho a su tía que no fuera al sanatorio. "Por supuesto que no me hizo caso, porque ella estaba en todo, era excelente. Cuando se apareció en el hospital me dijo que no me podía dejar sola, que me tenía que hacer compañía. «Tengo que estar con vos, nena», me dijo, y nos pusimos a charlar de un montón de cosas", recordó la sobrina con un dolor inmenso, casi tanto como el amor que aún le profesa.

Daniela recuerda detalladamente sus últimos momentos con la tía Coca. "Vestía un pantalón gris, botas negras y un saquito marrón de cuero con aplicaciones de piel. Era muy coqueta y su estado de salud era perfecto", remarcó para dejar sentado que el golpe que recibió Sofía nunca habría sido producto de una caída sino de lo que luego se comprobó: le pegaron para robarle.

Sin embargo, no han aparecido hasta la fecha testigos concretos sobre lo ocurrido esa noche, alrededor de las 21, en Arévalo al 6800, en el barrio Fisherton. "No es un lugar oscuro ni un baldío -aseguró-, no podemos dejar de creer que alguien debió haber visto lo que pasó. La Justicia nos dice que necesitamos testigos para que se esclarezca este crimen. Yo tengo la esperanza de que aparezca alguno y no voy a bajar los brazos: el que mató a mi tía no puede andar suelto por la calle".

Habría una pista relacionada con el lugar adonde encontraron la cartera, tres días después del crimen, en pleno barrio Ludueña. Incluso en algún momento apareció un posible testigo, pero no ha trascendido más información al respecto.

En este marco, un sobrino de Sofía también se mostró esperanzado en el esclarecimiento del crimen. "Hablé personalmente con el jefe de la Brigada de Homicidios, Daniel Corbellini, y me consta que está trabajando. Confío en él y en la Justicia para que la muerte de mi tía no quede impune", señaló el hombre, quien prefirió mantener su identidad en reserva.

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