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 miércoles, 15 de septiembre de 2004

Un agujero negro sin control en Medio Oriente

Beatriz Lecumberri

París. - Anarquía total tras años de represión, crímenes en nombre de Dios o del dinero, secuestros de extranjeros, sean militares o civiles, y sangre de miles de inocentes forman parte de la vida diaria en el Irak de la posguerra, que escapa totalmente al control de ejércitos extranjeros y fuerzas del orden locales. "La situación en Irak es grave y no mejora.

Hemos abierto una caja de Pandora que no somos capaces de cerrar", resumió el presidente francés Jacques Chirac en una reunión en Madrid con el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el jefe del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Los tres representantes de la llamada Vieja Europa, opuestos a la guerra en Irak desde su inicio, coincidieron en afirmar que el terrorismo es ya un fenómeno general que no afecta sólo a los que tienen tropas desplegadas en el país. El ejemplo son los dos periodistas franceses secuestrados en Irak desde el 20 de agosto cuya liberación se ha convertido en una espera angustiosa y silenciosa.

"Las fuerzas ocupantes ven que sunitas y shiítas combaten conjuntamente, lo cual muestra que esto es un alzamiento nacional que desborda a cualquier autoridad religiosa", opinó Isaac Bigio, analista de la London School of Economics and Political Sciences.

En un principio, EEUU y sus aliados en Irak identificaban a los insurgentes con un puñado de incondicionales de Saddam Hussein y de sus dos hijos, después pasaron a ser adeptos de Osama Bin Laden y su lugarteniente en Irak, Abu Mussab Al Zarqawi. Ahora, es imposible ponerles rostro, origen o número: los ataques vienen de cualquier lugar y se dirigen contra todo blanco, de preferencia extranjero y vulnerable.

El miedo de ver el Islam identificado con la barbarie en Irak multiplicó en los últimos tiempos las críticas en el mundo musulmán, cuyos responsables quisieron marcar sus distancias con los llamados "carniceros en nombre de Alá" que malinterpretan los preceptos del Corán.

"Los propagandistas de la Yijad (Guerra Santa) consiguieron manipular la imagen del Islam y hacer un sinónimo de decapitaciones, secuestros y asesinato de civiles inocentes", lamentaba recientemente el diario saudita Okaz.

Por otra parte, el secuestro de varios periodistas, de numerosos trabajadores extranjeros y de dos cooperantes italianas ha demostrado además que esta práctica se generaliza independientemente del sexo y la nacionalidad y se convierte en una productiva industria. En palabras del ministro de Relaciones Exteriores francés, Michel Barnier, Irak se ha convertido en "un agujero negro que puede arrastrar Medio Oriente y el mundo".

"Hay un riesgo de libanización o somalización de Irak. Todos los partidos políticos tienen su milicia armada, el país es pasto de las bandas y el poder iraquí, confinado a las zonas protegidas, es invisible por razones de seguridad", aseguró el analista argelino Hasni Abidi.

Para el experto, la situación sólo mejorará cuando los iraquíes vean emerger una presencia protectora no estadounidense capaz de hacer frente y controlar a este caleidoscopio de grupos armados. (AFP)

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