| sábado, 04 de septiembre de 2004 | Ribelli, el único sospechado que continúa preso, volvería el lunes a su hogar Con Telleldín libre, la comunidad judía quedó en estado de shock Se vienen millonarias demandas contra el Estado argentino y una durísima condena de la Cidh El reducidor de autos Carlos Telleldín y el ex policía bonaerense Raúl Ibarra quedaron ayer en libertad al obtener la excarcelación en otras causas penales que se les seguían, más allá de haber sido absueltos por el atentado a la Amia. Feliz por el fallo, el Enano debutará ahora en su rol de escritor: su libro "Amia; la gran mentira", ya circula entre los periodistas y llegará pronto al público. Paralelamente, la comunidad judía se encuentra en "estado de shock" , según admitieron dirigentes de la Daia.
Con esas libertades, que se suman a las concretadas el jueves tras la lectura del fallo, de los 22 acusados en el juicio sólo el ex comisario Juan José Ribelli sigue preso, aunque su defensa espera verlo en la calle el próximo lunes.
Libres de culpa y cargo, tanto Telleldín como Ibarra y sus ex colegas Anastasio Leal y Mario Bareiro volvieron a sus casas luego de haber sido durante años presentados como baluartes de la conexión local del ataque terrorista de 1994.
Quien durante una década fue el máximo exponente judicial y mediático de la conexión local abandonó para siempre su celda de Devoto al obtener la libertad en una causa por duplicación de autos que seguía abierta en Morón.
Su libertad puso el broche de oro a la sensación de impunidad que se instaló con la lectura del veredicto. Ribelli, el otro gran acusado del juicio como receptor de la Trafic bomba, avanzó ayer mismo hacia su libertad al obtener la excarcelación del mismo tribunal oral que lo absolvió, ahora en otra causa que tiene pendiente por once casos de extorsión cuando, junto a Ibarra, trabajaba en la Bonaerense.
El fragor de los últimos momentos del juicio hizo pasar inadvertido otro dato que conmocionará la causa Amia en pocos meses: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) emitirá un "informe durísimo" sobre la Justicia argentina que dirigió la investigación.
Según adelantaron fuentes cercanas al veedor de la Cidh, Eduardo Grosman, se hablará de delitos cometidos por el Estado argentino. Por si todo fuera poco, ese informe podría dar lugar al reclamo de millonarias indemnizaciones por quienes pasaron entre 8 y 10 años presos y ahora fueron absueltos.
La agrupación de familiares de víctimas Memoria Activa tiene presentada ya una demanda ante la Cidh y otro grupo, y Familiares planea hacerlo. Las absoluciones masivas en el juicio oral dejaron a la pesquisa sin conexión local pero con la puerta abierta a un escándalo judicial, esta vez en la Cámara de Casación penal.
El nuevo juez del caso, Rodolfo Canicoba Corral, anticipó que tendrá que "barajar y dar de nuevo", pero intentó despertar cierto optimismo al anunciar que maneja nuevos nombres "concretos" de sospechosos extranjeros.
Telleldín aseguró anoche que no se arrepiente de haber cobrado los 400 mil dólares que le pagó el Estado y que es una "vergüenza" que la ciudadanía piense que con este fallo se consagró la impunidad. "Víctor, traémelo a casa", le dijo Ana Boragni al defensor de Telleldín, Víctor Stinfale, quien a primera hora hizo la presentación al juez, la que fue concedida cerca de las 16.
Sin embargo, el Enano tuvo que esperar casi dos horas y media hasta que los trámites de su libertad quedaran terminados. Y cerca de las 18.30, salió junto a sus abogados del penal de Devoto, que había sido su residencia en la última década.
"Hay una nueva Justicia, y las cosas pueden cambiar en la Argentina", dijo frente a los periodistas que lo esperaban, donde afirmó que el tema de los 400 mil dólares "no tiene nada que ver" con el atentado y es sólo una "irregularidad" del expediente. "Me cansé de hablar de eso en el juzgado", contestó algo molesto, aunque por la mañana había dicho que no se arrepentía de aquel cobro porque "si no hubiera negociado no se hubiera destapado" el accionar "ilícito" de Galeano durante la investigación del atentado.
En esa oportunidad, incluso, negó ser "antisemita" porque en su taller "tenía un mecánico que era judío", y advirtió que es una "vergüenza" que crean que con su absolución y la de los otros imputados se consagró la impunidad.
Cuando le preguntaron si Galeano era el culpable de lo que había vivido, eligió la mesura, se diferenció de los policías a los que acusó hace ocho años y dijo que será la Justicia la que resolverá eso.
Sin embargo, tuvo tiempo de promocionar su libro, que saldrá a la venta este fin de semana y que se llama "Amia; la gran mentira".
"Ahí cuento todo", dijo. La libertad de Telleldín se dispuso justo cuando estaba a punto de comenzar el acto masivo de varios de los familiares de las víctimas, encabezados por Laura Ginsberg, repudiando el fallo y reclamando que los hasta el jueves sospechosos vuelvan a prisión (ver aparte). enviar nota por e-mail | | Fotos | | Telledín al salir de tribunales. | | |