| domingo, 06 de junio de 2004 | Le extirparon un riñón a una mujer baleada por una patota en un robo Salía con su novio de una panadería y los asaltaron. Como quisieron huir les tiraron. Anoche estaba grave En la madrugada de ayer, Adrián Souza terminó su rutina diaria como taxista y fue a buscar a su novia. Eran las 5 cuando decidieron ir a comprar facturas a una panadería de la zona oeste de la ciudad. Al salir del comercio, el hombre escuchó una frase intimidatoria. "Dame la plata si no te matamos". La amenaza la profirieron un grupo de pibes que casi cumplieron su vaticinio. El trabajador, de 36 años, intentó escapar y dos detonaciones resonaron en la cuadra. Un tiro rozó el cuerpo del tachero y el otro alcanzó a Claudia Gamarra, la mujer de 36 años que hace tres meses inició una relación de pareja con Souza. Como consecuencia del disparo a Claudia tuvieron que extirparle un riñón.
A las 5 de la tarde del viernes, Adrián se subió al taxi y comenzó su jornada diaria. Doce horas después, un compañero lo relevó y lo dejó en el cruce de 27 de Febrero y Lavalle, a unas pocas cuadras de su casa de Avellaneda al 2400. Después fue a buscar a Claudia a la casa de una amiga. Estaba allí cuidándola porque la mujer estaba enferma.
Un rato después juntos fueron a la panadería de Lavalle y Gálvez. Compraron algunas bizcochos. Cruzaron la calle y se toparon con cinco adolescentes. Apenas los jóvenes estuvieron frente a la pareja comenzaron a exigirle dinero. "Si no no das plata sos hombre muerto", le espetó uno de los pibes, mostrandole un arma. El taxista no tuvo ninguna intención de obedecer, dio un brinco para atravesar una zanja y salió corriendo. En ese momento, escuchó un estampido y apenas pudo divisar como un balazo pasaba cerca de su cuerpo.
Enseguida giró el cuerpo y volvió la vista hacia su novia. "Vamos, Claudia, apurate", imploró. Oyó otra detonación y vio a la mujer desplomándose al suelo alcanzada por un tiro. "Uno de los pibes le puso el revólver sobre la cintura", explicó Nancy, la hija de Claudia, de 16 años.
Una familiar de la mujer baleada contó que los pibes habían ido a bailar al boliche Mogambo, ubicado a una cuadra de donde Claudia fue herida. Tras el ataque, los agresores desaparecieron por la calle Lavalle. Se llevaron el bolso con los bizcochos y la campera de la mujer.
Cuando el proyectil le atravesó el abdomen a Claudia, estaban a tres cuadras de su casa. Los médicos del Clemente Alvarez debieron extraerle un riñón y suturarle el intestino y el estómago. Anoche estaba internada en la sala de terapia intensiva. "Me comentaron que todavía no está fuera de peligro. No puede hablar y apenas me pudo decir que estaba muy cansada y ya no podía más. Le pedí que tuviera fuerza, exclamó Nancy después de visitarla en el Heca. enviar nota por e-mail | | |