Pesquisa del asesinato de un jubilado italiano en Riobamba al 5400

"Viuda negra" y también informante policial

Un oficial admitió que Eva García, sospechosa en un crimen y prófuga hace dos años, era "datera" de la fuerza

Osvaldo Aguirre / La Capital

Un comisario inspector de la policía de Rosario declaró que una conocida viuda negra fue informante de la policía durante varios años y que tuvo una conversación con ella el día en que se perpetró el crimen de un jubilado italiano, en el que la mujer, actualmente prófuga, es sospechosa.

Se trata de Carlos Vannelli, titular de la Inspección de Zona VIII, y de la ex azafata Eva Leonor García, según informó el abogado Norberto Olivares, que patrocina a los familiares de Luis Gino Iannotti, asesinado el 15 de abril de 2000. Se ignora si García seguía siendo datera de la policía cuando tenía pedido de captura de la Justicia por tres violentos robos contra ancianas y también si su estatus de informante incidió en la dificultad para apresarla.

Vannelli compareció espontáneamente y prestó declaración informativa en el Juzgado de Instrucción de la 8ª Nominación después de una nota aparecida en este diario donde se difundió una investigación de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) que puso de relieve su vinculación con García. El oficial consideró que la publicación afectó "su buen nombre y honor", lo que al parecer no ocurrió con su inclusión en el informe de las TOE, que obra en el expediente a cargo del juez Juan José Pazos.

En abril de 2000, Vannelli era subjefe de la comisaría 14ª, responsable de la investigación del crimen de Iannotti y que fue denunciada por armar una pista falsa y acusar a inocentes en el caso, además de estar sospechada de robar dinero de la casa de la víctima.

En ese sentido, el juzgado interviniente dispuso que se hagan copias de la declaración del ex policía Rubén Ramón Gutiérrez -cuya madre vivía enfrente de Iannotti- y se envíen al juzgado en turno para evaluar la posibilidad de iniciar una causa por falso testimonio. Un vecino de Iannotti declaró que Gutiérrez y policías de la comisaría 14ª lo presionaron para que acusara a dos inocentes por el crimen.

La fiscalía solicitó por su parte que se tome declaración a Eva García, quien está prófuga después de protagonizar una fuga increíble de la cárcel de mujeres, el 23 de junio de 2002. En la ocasión la acompañó Fanny Rosell, quien estaba detenida por el crimen de otro jubilado italiano, Salvador Cubito.

Mañana un familiar y vecinos de Iannotti participarán de un careo en el juzgado interviniente. La investigación parece haberse reactivado, aunque todavía quedan pendientes de resolución las sugerencias de las TOE para el avance de la causa:

* Que la comisaría 14ª informe si Eva García concurrió entre el 1º de abril y el 30 de septiembre de 2000 a esa seccional para visitar a alguno de los detenidos.

* Que la Brigada de Homicidios informe sobre las medidas que se llevaron a cabo para el esclarecimiento del crimen.

* Que los policías del Comando Radioeléctrico destacados en la casa de la víctima expliquen qué hicieron o más bien por qué no cumplieron con la tarea elemental de cercar la escena del crimen.


Soplidos del hampa
Según trascendió, el comisario inspector Vannelli dijo que Eva García fue informante de Robos y Hurtos (hoy Brigada de Investigaciones) durante varios años. El actual titular de la Inspección de Zona VIII revistó en esa sección hasta fines de 1996. Al presentarse esta semana ante el juez Pazos, dijo que el día del crimen de Iannotti conversó por teléfono con García a los efectos de recibir datos.

Iannotti tenía 78 años y vivía en pasaje Morse 2187 (Riobamba al 5400) con su hija, Silvana. Se presume que los asesinos lo habían contactado previamente y ganado su confianza. Y que, al actuar, contaban con información: sabían que el anciano estaba solo, ya que el día anterior su hija había viajado a Italia.

En la semana previa al crimen Iannotti había conocido a "dos mujeres del Pami", según declaró su hija. Esa frase es un elemento que podría apuntar hacia García, quien se hacía pasar por agente del Pami para ganar la confianza de ancianos y robarles.

En 1999 Eva García conoció en la cárcel de mujeres a Nancy Beatriz Basualdo, también viuda negra. Según una investigación judicial, ambas se asociaron para delinquir al año siguiente, cuando estuvieron en libertad.

Los golpes de las viudas negras se destacaban por una particularidad: la información con que contaban. Más que entregar datos parecían recibirlos. En efecto, las víctimas eran elegidas de acuerdo a un perfil nítido: se trataba de ancianos que vivían solos y a quienes se acercaban ofreciendo algún tipo de ayuda en trámites previsionales. Con ese propósito, decían ser empleadas del Pami, como las mujeres que habrían contactado a Iannotti poco antes de su asesinato.

No obstante, Basualdo quedó en libertad el 7 de julio de 2000, casi tres meses después del crimen de Iannotti. Junto con García, fue acusada por tres robos, ocurridos entre julio y agosto de 2000 en área de la seccional 2ª. También las imputaron por embaucar a un hombre que alquilaba un departamento a la ex azafata. En uno de esos episodios aparecieron involucrados dos hombres, entre ellos Carlos Monchietti, ex candidato a concejal de Villa Gobernador Gálvez, dueño de una agencia de vigilancia y luego preso por el robo a una joyería de Casilda. Al menos en una de las pesquisas intervino la Brigada de Investigaciones, la sección de la que García habría sido datera.

La policía logró detener a Basualdo el 10 de septiembre siguiente, pero García -se ignora si en ese momento todavía pasaba datos a policías de Unidades Especiales- logró escapar. Fueron las TOE quienes detuvieron a la ex azafata, en agosto de 2001.

Sin embargo, la buena suerte que parecía acompañar a García la volvió a alcanzar cuando logró escapar del penal de mujeres en una forma asombrosa. Desde entonces su destino es una incógnita.

La casa de pasaje Morse 2187, donde Luis Iannotti fue asesinado el 15 de abril de 2000.