| domingo, 06 de junio de 2004 | Astrología: El lenguaje de los signos A los griegos les debemos la forma actual del zodíaco. Lo organizaron dividido en doce segmentos iguales (los signos) en diversas secuencias de energía que se repiten ordenada y geométricamente, y los dividieron en cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua que forman cuatro triángulos de tres signos cada uno.
* De fuego: Aries, Leo y Sagitario.
* De tierra: Tauro, Virgo y Capricornio.
* De aire: Géminis, Libra y Acuario.
* De agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.
La secuencia de los elementos se combina con otras dos: la de la polaridad y la del ritmo de la energía para dar como resultado las características de los doce signos. Seis son de polaridad positiva, masculina o yang y seis de polaridad negativa, femenina o ying. Los signos masculinos son calientes y los femeninos son fríos. Los de fuego y aire son de polaridad radiante o yang. Los de tierra y agua de polaridad receptiva o ying.
Los antiguos creían que todas las sustancias se componían de los cuatro elementos (esta división estaría más asociada a los cuatro estados físicos de la materia). Pero no estaban tan interesados en establecer la realidad objetiva de la naturaleza separada de la experiencia humana, se interesaban más por los factores que tienen que ver con el comportamiento de algo, por los diferentes modos en que las personas pueden experimentar la esencia de una cosa.
Cuando hablamos de un temperamento fogoso nos referimos a las características de un comportamiento y la vivencia que provoca en los demás. Por eso el psiquiatra Carl Jung, que cuestionaba los límites de las ciencias exactas para comprender lo inefable y se interesaba en examinar lo que entonces no era dominio de la ciencia sino de la literatura y la religión, escribió: "La astrología tiene asegurado el reconocimiento de la psicología, sin ulteriores restricciones porque la astrología representa la suma de todo el conocimiento psicológico de la antigüedad".
* Signos de fuego: representan la energía del espíritu. Como signo masculino es caliente y seco, lo que lo hace más fuerte e inflexible. Opera proporcionando energía, vitalidad y transformando el mundo. Activo, cálido y dominante no está dispuesto a permitir que los demás tomen la iniciativa. No se ajusta a líneas establecidas. Energía positiva y extrovertida, no le es fácil asumir un papel pasivo. A estos signos les resulta difícil escuchar, percibir en silencio o reflexionar. Pero son directos, espontáneos y frontales. El fuego se eleva, no tolera la inmovilidad. A veces intenta forzar los acontecimientos antes de que estén maduros. Es un elemento emocional pero tendiendo a emociones dinámicas: entusiasmo, cólera, exaltación.
Son idealistas, de un idealismo más abstracto que el aire, se rigen por principios o creencias. Aportan color al mundo. Tienen un fuerte impulso a la expresión del yo. Tienden a ser autoreferentes y más egocéntricos que los otros elementos. Les cuesta demostrar tristeza o dolor. No son muy sensibles a los sentimientos ajenos, y les disgusta la debilidad de los demás sobre todo si refleja debilidades propias. Suelen ser dramáticos y expresivos. Estos signos se asocian a la alegría de vivir y a la confianza en uno mismo.
* Signos de tierra: el simbolismo del elemento tierra está asociado al interés por lo físico y lo práctico. La tierra simboliza la experiencia sensorial directa del universo físico, sin la intervención de ideas o conceptos (asociados al aire) o las creencias o ideologías (asociados al fuego). Estos signos tienen innata comprensión de cómo funciona el mundo material, lo que les otorga una disciplina de la que adolecen los otros. Tienden a ser cautos, reservados y desconfiados. Buscan seguridad y tienden a lo convencional.
La tierra está asociada a la materia, representando los límites impuestos a nuestra libertad, por eso estos signos suelen adaptarse con mayor facilidad a la realidad objetiva y a las limitaciones de la existencia: la tierra limita y estructura, siendo también contenedora y fuente de amor. A diferencia del fuego es estable y pasiva, necesita que una energía externa actúe sobre ella y le dé forma. El fuego desea cambiar las cosas, mientras que la tierra intenta generalmente sacar el mejor partido posible de lo establecido.
* Signos de aire: el aire como elemento yang y positivo comparte con el fuego su carácter dinámico y extrovertido. El aire es viento, movimiento, anima la materia moviendo los objetos. A diferencia del fuego (el otro elemento yang, caliente y seco) el aire es caliente y húmedo, más social y flexible que el fuego que por ser seco es más rígido o inflexible. El fuego se eleva buscando un ideal, mientras que el aire se mueve horizontalmente, relacionando lo que encuentra a su paso. Por eso se lo vincula con la transmisión de ideas, comunicación y transporte de objetos.
El aire tiene una concepción social y externa de la verdad. En esto es parecido a la tierra interesada principalmente en la realidad externa al yo. Al fuego y al agua les interesa más las formas personales e íntimas de la verdad. El aire teoriza: se lo asocia con el pensamiento y la lógica, se proyecta mentalmente, gusta de generar ideas pero es menos abstracto que el fuego.
Estos signos pueden querer reformar el mundo, pero no suelen hacerlo como una expresión personal sino con un carácter social. La característica principal del aire es la de relacionar. Géminis representa la relación con el entorno inmediato por medio de la mente y el habla; Libra, más asociado a la relación de persona a persona, busca equilibrar y armonizar con los demás, siendo el mediador por excelencia; Acuario asociado a la conciencia de grupo y la interacción. El aire necesita libertad como elemento esencialmente social, es más bien desapegado con los afectos y compartir intensamente con alguien puede limitar su necesidad de libertad.
* Signos de agua: el más ying de los cuatro elementos y el más complejo de comprender porque pertenece al insondable reino de los sentimientos, que es tan difícil de comunicar en palabras. Es el elemento más vinculado al arquetipo maternal y femenino. El agua siente y sabe desde el sentimiento, no es racional y es la antítesis del aire. Tiene una forma de entender sutil y afectiva. Medios de comunicación para el elemento agua pueden ser el arte, la música, la poesía. Representa al mundo interior, la realidad del alma, lo que hace que estos signos tiendan a refugiarse en sus sueños interiores.
Así como la tierra permanece inmóvil, el agua tiende a hundirse y penetrar. Es símbolo de empatía por lo que puede sentir lo que otros sienten. Estos signos son los más receptivos y los que absorben más fácilmente las influencias del entorno. Protectores y tiernos, pero también susceptibles y temerosos. Se apegan a los afectos y su inseguridad los puede tornar celosos o posesivos. Cáncer es el más maternal del los tres signos de agua. Pero los tres son capaces de brindar ayuda y ser compasivos con los demás.
El agua es tan conservadora como la tierra pero más que aferrarse a lo material, se une a lo que le da seguridad emocional. Son reservados e intimistas. Propensos a entristecerse o caer en estados melancólicos. Los caracteriza la sensibilidad, la comprensión de la realidad del inconsciente, la reflexión profunda y la necesidad de un vínculo profundo con otras personas.
Lo que se conoce como el signo de una persona es sólo el solar (posición del Sol en un signo en el momento de nacer). El mapa natal contiene los cuatro elementos, y a la hora de una interpretación astrológica se tiene en cuenta la posición de todos los planetas en los elementos, pudiendo ser un individuo una particular combinación de todos. El predominio o la falta de énfasis en alguno de ellos aporta información sobre las características de la persona. Es por eso que la astrología puede considerarse una valiosa herramienta para el autoconocimiento.
Cristina Giménez
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