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 miércoles, 12 de mayo de 2004

San Luis no encuentra la paz
Alberto Rodríguez Saá desafió a los opositores convocando a beneficiarios del Plan de Inclusión Social

Javier Felcaro / La Capital

San Luis (enviado especial).- Cerca de 20.000 personas volvieron a marchar anoche en la ciudad de San Luis, inmersas en un clima por demás de enrarecido, en reclamo de la intervención federal del Ejecutivo puntano. Por su parte, el gobernador Alberto Rodríguez Saá apostó a una receta conocida para tratar de menguar la convocatoria opositora: colmó la plaza Independencia de beneficiarios del Plan de Inclusión Social, más conocidos como los Pico y Pala. Sin embargo, la alteración del recorrido original de la movilización evitó los choques que muchos daban por seguros.

La marcha, organizada por los Laicos Autoconvocados, contó con la adhesión de la Multisectorial. Y, bajo la consigna "no tenemos miedo", reiteró su contundente rechazo a la gestión de Rodríguez Saá, quien (al igual que el jueves pasado) convocó a los Pico y Pala a concentrarse en torno a la Casa de Gobierno.

Sobre el mediodía, la plaza y la calle 9 de Julio comenzaron a colmarse de desocupados ataviados con chalecos verdes y bordó. Al mismo tiempo, empleados provinciales blanqueaban las paredes de la Gobernación, eliminando todo vestigio de pintadas críticas a la administración de Rodríguez Saá. De fondo, un sistema de audio propalaba canciones de Babasónicos y Los Piojos. Una llamativa postal que reflejó el estado de las cosas.

"No vamos a permitir que nos rompan todo otra vez", desafió (rodillo en mano) un trabajador provincial, en una clara advertencia a la oposición. Lo cierto es que la Casa de Gobierno sigue luciendo las huellas del prolongado conflicto: gran parte de las ventanas del anexo (de arquitectura moderna) están destrozadas por las pedradas recibidas, mientras que su fachada de mármol luce impactos de bombas de alquitrán.

En la vereda de enfrente (en la plaza) resiste la Carpa de la Dignidad instalada por los docentes sanluiseños (Asde), quienes hoy, a las 8, definirán en asamblea si levantan el paro por tiempo indeterminado que vienen realizando y si también tendrán en cuenta las propuestas surgidas de la reunión mantenida el lunes con funcionarios del Ministerio del Interior de la Nación, representantes de la Ctera y del Ejecutivo local.

Previo a la marcha, la Multisectorial radicó una denuncia en la Policía Federal contra el gobierno puntano. "No dispusieron de las medidas de seguridad para que marchemos en paz y sin que nos ataquen, como ocurrió la semana pasada (cuando se registraron graves incidentes)", le explicó a La Capital Roberto Tato Iglesias, uno de sus representantes.

El temor cobró fuerza cuando los rumores dieron cuenta de la presencia en la plaza de beneficiarios con sus elementos de trabajo en mano (picos y palas) y de la hipotética distribución de armas de fuego entre los presentes, algunos de los cuales reconocieron haber sido llevados para celebrar el Día del Himno Nacional. Pero también pesó la ausencia de policías y vallas de contención, por lo que oficialistas y opositores hubiesen quedado nuevamente cara a cara.

La situación de inseguridad en las calles sanluiseñas había sido denunciada previamente por los gremios ante el Ministerio de Justicia de la Nación. Aunque, hasta anoche, seguían aguardando una respuesta de su titular, Gustavo Beliz. En tanto, la jugada de Rodríguez Saá de llenar la plaza con su "especie de guardia pretoriana", según la definió la oposición, fue interpretada por la Multisectorial (que mañana volverá a movilizarse) como un acto de provocación, que se contrapone a las supuestas señales de acercamiento que se pretenden emitir desde la Gobernación.

La crisis puntana agregó, antes de la marcha, otro condimento: el presunto secuestro y la posterior aparición (sano y salvo) de un cadete de policía para exigir la renuncia de Rodríguez Saá y el jefe de la fuerza, Víctor Malavassi (ver aparte). Un hecho curioso que despertó las suspicacias de la oposición y por el que, según le confirmó a este diario el ministro de la Legalidad, Sergio Freixes, las hipótesis pendulan de la grave situación política a una interna de los uniformados.

Luego de una breve deliberación, los gremios se movilizaron hasta la sede del Correo Argentino, donde ya se concentraba un importante número de manifestantes. Tras anunciar el cambio de recorrido, la extensa columna caminó unos pocos metros hasta la catedral, que hizo sonar sus campanas en señal de apoyo. Allí los esperaban los Laicos Autoconvocados, algunos de ellos con cámaras fotográficas y de video en mano para registrar cualquier eventualidad.

"Nosotros no vamos a buscar el enfrentamiento", arengó una joven para diferenciarse de la convocatoria oficialista que, paralelamente, se desarrollaba a escasos metros de distancia. Los laicos vienen protestando desde febrero, cuando la administración de Rodríguez Saá intervino cuatro hogares que estaban a su cargo. Y ayer lograron su movida más importante desde entonces. Por su parte, un docente universitario justificó el pedido de intervención: "No sé quién vendrá después en San Luis, pero acá es necesario un poco de oxígeno".

Después de pasar a tan sólo dos cuadras de la Gobernación al grito de "se va a acabar la dictadura de los Saá" (el repudio incluyó a Adolfo Rodríguez Saá), los manifestantes regresaron al Correo.

Delante del edificio se había instalado un pequeño palco y, tras batir palmas para acompañar una canción que instó a "no tener miedo" y escuchar atentamente un sinfín de adhesiones, todos se desconcentraron. En paz.

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En la marcha estuviernon la Multisectorial y los Laicos Autoconvocados.

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