El sueño canalla se instaló al mediodía

El viaje transcurrió con total normalidad

Personificada en una delegación que mezcla hombres con varias batallas encima y jóvenes con un entusiasmo desbordante, la ilusión copera de Central ya hizo base en San Pablo. El plantel conducido por Miguel Angel Russo arribó a esta ciudad ayer pasado el mediodía, con los evidentes signos de cansancio tras un vuelo que demandó algo más de dos horas y media luego de salir a las 10 de la mañana desde el aeropuerto internacional de Fisherton.

Apenas pisaron el lujoso hotel Grand Hyatt, los jugadores se metieron inmediatamente en sus habitaciones para dejar sus pertenencias y al ratito bajaron al hall para dirigirse a almorzar.

Precisamente en ese momento, cuando la mayoría eligió caminar para estirar un poco los músculos, se encontraron con que el búnker estaba desbordado por los hinchas canallas, que recién habían llegado desde el aeropuerto y estaban esperando ser recepcionados.

Lo que siguió después para los jugadores fue una siesta que se extendió hasta las 16.30, hora en que se subieron al micro que los trasladó hasta el centro de entrenamiento del Palmeiras, en el barrio Barra Funda. Luego llegó el turno de la merienda, un rato de reláx por los alrededores del hotel y de nuevo adentro para cenar y encarar las últimas horas de la vigilia.

No existen recetas efectivas para matar la ansiedad o, lo que es peor, apaciguar la tensión que genera la espera de un partido decisivo. Por eso las horas previas se hicieron eternas y la batalla contra el insomnio recién se ganó bien entrada la madrugada.

El Yerbatero González arriba a San pablo con la ilusión a cuestas.