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 miércoles, 07 de abril de 2004

Pasos al ritmo del corazón
El 60 por ciento de los factores de riesgo de enfermedades cardíacas se pueden prevenir. Una de las formas es la actividad física. Aconsejan bailar tango y milonga

Bailar tango es un ejercicio agradable que combate el sedentarismo y colabora en la prevención cardiovascular, según lo expone un trabajo publicado en la Revista Argentina de Cardiología. Algunas personas que quizá no se atrevan a largas caminatas, ni desean participar de clases de gimnasia, tal vez sí se animen a bailar tango en su casa o en fiestas familiares. Los investigadores comprobaron que esta actividad provoca los mismos resultados (a menor escala) que realizar ejercicio físico.

Los investigadores argentinos Roberto Peidro, Juan Osses, Jorge Caneva, Graciela Brion, Arnaldo Angelino, Soraya Kerbage, Marta García Ben y Ricardo Pesce estudiaron los cambios cardiorrespiratorios que se producían al bailar tango y milonga. La importancia de este trabajo radica en que es el primero en efectuar este tipo de mediciones desde la práctica del dos por cuatro. El objetivo del estudio -publicado en el número 70 de la Revista Argentina del Corazón del 2002- fue comprobar el consumo de oxígeno, la ventilación minuto y la frecuencia cardíaca al bailar y los porcentajes que representan en la ergometría.

La práctica habitual de ejercicios físicos ha demostrado sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, así como en el mejoramiento de la calidad de vida. Según los resultados de este estudio, bailar tango y milonga representa un ejercicio de intensidad leve a moderada que podría aplicarse con la finalidad de aumentar la actividad física cotidiana, con márgenes de seguridad adecuados, en individuos de diferentes edades.


Comenzar antes
Además de la actividad física como uno de los pilares de la prevención y reducción del riesgo de las enfermedades cardíacas, la doctora Palmira Pramparo, directora del área de epidemiología de la Fundación Interamericana del Corazón, aconseja tanto a hombres como a mujeres comenzar con los controles a partir de los 20 años, a la vez que recomendó incorporar hábitos saludables.

Pramparo, quien disertó en Rosario en el marco de las 11ª jornadas "Por un corazón sano para todos", organizadas por la Fundación Cardiológica Amado Nervo Rabuini, recomendó también cuidar no sólo las arterias del corazón, sino también las del cerebro y las piernas.

La especialista miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Cardiología, explicó que gran parte de los enfermos del corazón desconocen su afección. "Nuestro desafío es prevenir las enfermedades y mejorar la calidad de vida, porque los avances tecnológicos y científicos lograron que la gente viva muchos años, pero la calidad de vida es una materia todavía pendiente", dijo a La Capital.


Desde los 20
"A partir de los 20 años es importante conocer si existen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, o displidemia", señaló Pramparo. Para ello, recomendó pedir al médico, cualquiera sea su especialidad, la realización de un chequeo que incluya el registro de la presión arterial y análisis de sangre.

"Por ejemplo, una joven, antes de tomar anticonceptivos, conviene que le pida al ginecólogo un análisis de sangre. Si los resultados son buenos, que los repita cada cinco años mientras es joven. En cambio, si hay riesgo, el médico sabrá que no los podrá tomar y recomendará otro método", amplió.

Desde los 40 años es necesario que el médico determine el riesgo de enfermedad cardiovascular antes de cualquier tratamiento. En el caso de una mujer de 50 años con colesterol elevado, pero que no fuma, no es hipertensa ni está excedida de peso, habrá que determinar cuánto colesterol del bueno y del malo tiene.

"Si el colesterol bueno está alto y el malo no está tan elevado, se puede insistir con la dieta y la actividad física para que lo baje. Pero otra con los mismos valores de colesterol alto y que fuma, entonces habrá que sugerirle un tratamiento médico más estricto".


Los que no tienen riesgos
La prevención es para todos. Por eso, para quienes no presentan riesgos, la doctora sugirió "hacer cambios en el estilo de vida que incluyen la mejora en la alimentación y la actividad física incorporada a la vida diaria, como por ejemplo subir escaleras en lugar de tomar el ascensor".

En cuanto a la alimentación recomendó reducir, sin rigideces, azúcares puros, sales y ácidos grasos trans. En este sentido, recomendó no confundirse. "En el caso de las tartas, creemos que comemos verduras y en realidad la masa tienen gran contenido de ácidos grasos trans. Esto no quiere decir que no se puede comer una tarta o una torta", aclaró.

Como regla fundamental recomendó conocer qué comemos, a pesar de estar sanos y saber que se pueden hacer transgresiones pero sabiéndolo y con medida. En esta misma línea, la OMS pugna porque se etiqueten los alimentos, de modo que el consumidor conozca el contenido de lo que compra. "Cuidar la moderación en las comidas brindará la misma protección que tomar 28 píldoras", aseguró Pramparo.

Otro factor importante para conservar la salud es dejar de fumar. La doctora lo advirtió sobre todo para las personas que rodean a los fumadores, porque corren los mismos riesgos que el fumador.


Hormonas y corazón
Frente a la polémica en torno a la indicación de la terapia de reemplazo hormonal para el tratamiento de los síntomas menopáusicos, la especialista señaló que "no se debe suministrar alegando que actúa para la prevención cardiovascular, ya que se demostró que no tiene ninguna función en tal sentido".

En los casos en que la mujer lo necesite por padecer muchos síntomas menopáusicos, Pramparo afirmó que "es obligación del médico hacerle un chequeo cardiológico".

Si la mujer es sana y necesita una terapia de reemplazo hormonal se puede indicar, pero siempre por un corto tiempo y chequeando con frecuencia, sobre todo porque muchas desconocen padecer enfermedades cardiovasculares, que en oportunidades se confunden con otros síntomas.

En las mujeres que tuvieron alguna afección cardiovascular, la especialista destacó que esta terapia "está contraindicada totalmente, porque aumenta los riesgos, aunque tenga síntomas menopáusicos", concluyó.

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La especialista recomendó consumir entre 500 y 600 gramos de frutas y verduras por día.

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