| domingo, 04 de abril de 2004 | Los estrenos bajo la lupa de Escenario . "Carandirú": Historias de vida entre una matanza Calificación: 4 estrellas. Intérpretes: Luiz Carlos Vasconcelos y Milton Gonçalves. Dirección: Héctor Babenco. Género: drama. Duración: 146 minutos. Salas: Monumental y Village.
Carandirú es el nombre de una prisión de San Pablo en la que ocurrió una de las masacres más brutales en la historia carcelaria de Brasil. Allí, el 2 de octubre de 1992 la policía mató a 111 presos para dar cierre a una revuelta. Héctor Babenco eligió contar la vida y la muerte de muchos de ellos a partir de las vivencias de Drauzio Varella, un médico que realizó en Carandirú un plan de prevención de sida. La película se basa en un relato coral, en donde se mechan historias divertidas con otras más crueles, pero siempre desde una mirada optimista. Babenco cuenta lo que le contó Varella, quien es su médico personal en la vida real. Al director no le interesa reflejar la otra campana de los hechos, es decir la versión policial de la matanza. Su mirada tiene que ver con ese infierno tumbero pero también con lo que les pasó a esas personas antes de ser convictos. El director argentino-brasileño tiene una cierta devoción por poner el ojo en la vida de marginales. Lo hizo en "Pixote" (1980) y también en "El beso de la mujer araña" (1984), pero nunca describió los claroscuros de los presos como lo hizo en esta oportunidad. En el filme habrá un casamiento entre un enfermero y un travesti, un donjuán que sufre porque quiere estar con sus dos mujeres, un partido de fútbol bizarro entre rejas y los infaltables códigos de lealtad. También se verá el adolescente que con la misma crudeza que ajusticia a un violador se sienta en un bar y pide una coca, o el violento que se entrega a los brazos de Dios para salvar su alma. La matanza en silencio corta la respiración. Y la música de fondo del final recupera el espíritu festivo de los brasileños.
"La puta y la ballena": Una apuesta por la belleza Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Aitana Sánchez Gijón, Leonardo Sbaraglia y Mercé Llorèns. Dirección: Luis Puenzo. Género: drama. Duración: 120 minutos. Salas: Monumental y Village.
El regreso de Luis Puenzo a la pantalla grande tras doce años sin estrenar puede haber influido en que en "La puta y la ballena" haya muchas ideas y material como para hacer varias películas. Es como si Puenzo hubiese puesto todo lo que tenía para decir en un sólo filme, producto de sus largos años sin llegar al cine y al contacto con el público, tras dos proyectos interesantes que no se le dieron (Severino DiGiovanni y el Che Guevara). Sin embargo, la profusión no hace confusa la película, la torna morosa pero la pausa un poco excesiva se equilibra con el gran elenco actoral con que contó Puenzo, donde entre las figuras se destaca la debutante Mercé Llorèns, en un papel difícil, pero que la actriz cumple en forma sobrada. El filme cuenta la historia de una mujer que se reencuentra con sus pasiones, a pesar, o justamente por, una grave enfermedad que la aqueja. Puenzo construyó un interesante artefacto artístico que merece la pena a verse, pesar de algunas frialdades.
"Scooby-Doo 2": La diversión convincente Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Freddie Prinze Jr., Sarah Michelle Gellar y Matthew Lillard. Dirección: Raja Gosnell. Género: comedia. Duración: 88 minutos. Salas: Monumental, Siglo y Village.
La nueva película de "Scooby-Doo" mejora a su predecesora. Una de las claves de esta superación (aunque no hay que exagerar) es una historia menos infantil y el recurso de darle un barniz de psicología a los personajes. Shaggy finalmente se da cuenta de que es un cobarde, sufre y trata de cambiar la conducta frente a los misterios. Es decir, tratará de que él y Scooby no huyan ante la primera señal de problema. El resto del equipo de Misterio a la Orden también sufre un shock de credibilidad y sienten que no lo pueden todo. Aunque expresado en forma bastante llana, el conflicto sirve para agregar un poco de tensión en la película. La otra clave es la presentación de la mayoría de los villanos del dibujo original, aunque sean pocos los que se lucen. El Fantasma del Caballero Negro concentra casi toda la atención, seguido muy de cerca por los Esqueletos. Matthew Lillard vuelve a demostrar que nació para ser Shaggy y eso justifica la película, salvo si se odia al dibujo original.
"La mansión embrujada": Enredos entre fantasmas Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Eddie Murphy, Terence Stamp y Jennifer Tilly. Dirección: Rob Minkoff. Género: comedia Duración: 88 minutos. Salas: Monumental y Village.
En una comedia humorística de tono detectivesco o en un filme de terror suave, Eddie Murphy hace lo de siempre: se muestra dinámico, parlanchín, algo embustero y simpático, pero cuando debe pasar más o menos cerca de algo parecido al dramatismo, no convence a nadie. En "La mansión embrujada" encarna a Jim, un padre que no se ocupa de su familia por su fuerte adicción al trabajo. Vendedor de inmuebles, Jim junto a su esposa Sara y sus hijos son misteriosamente convocados para conocer una mansión en la que contra su voluntad deberá pasar una noche. La antigua casa está superpoblada por fantasmas, los que a su vez están envueltos en una historia de amor y asesinatos que termina involucrando a la misma Sara. Muchos efectos especiales y una trama con algunas logradas vueltas de tuerca en torno a un tema gastado, pero sostenida con buen ritmo hacen de este filme un eficaz entretenimiento para adolescentes apoyado en un elenco secundario correcto.
"Inseparablemente juntos": El desgaste de una fórmula Calificación: 1 estrella. Intérpretes: Matt Damon, Greg Kinnear, Eva Mendes y Cher. Dirección: Bobby y Peter Farrelly. Género: comedia. Duración: 118 minutos. Salas: Village y Del Siglo.
Más allá de que guste o no el registro de humor que trabajan los hermanos Farrelly (absurdo, grotesco, grosero), sus películas ("Loco por Mary", "Irene, yo y mi otro yo") siempre encontraron una salida efectiva al gag que termina sí o sí en carcajada. Eso es justamente lo que falta en "Inseparablemente juntos": gags, ingenio, diálogos (un guión, bah). Los Farrelly parecen estar quedándose sin combustible para el absurdo, entonces tratan de reemplazarlo con chistes de golpe bajo y sentimentalismos. En ese contexto ni los actores funcionan. Matt Damon suma otro papelón (y van) y lo de Greg Kinnear es todavía peor. Recordar al Kinnear de "Mejor imposible" y compararlo con éste es decepcionante. Hacia la mitad del filme cualquier cosa relacionada con los personajes pierde interés, y lo único que queda es entretenerse con algunos cameos o escuchar extractos de grandes canciones de los Pixies, los Stones y David Gates. Lo mejor de la película es Cher haciendo de ella misma, y con eso está todo dicho.
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