Por una democracia real

Lamento no poder dirigirme por el nombre al señor con documento LE 6.046.555, que contestó mi carta "Etica y política", pero él se nombra a sí mismo como un número y significa para mí una abastracción, pues no sé quién es. De cualquier manera le diré que no es fácil ser libre y que al contrario, vivir en forma permanente con una simbiosis incestuosa con cualquier factor de poder, allana los caminos para trepar hasta donde los designios individuales de cada ser nos puedan llevar. El señor de la nota sabe quién soy, pues me dice doctor Hutt (si me da su nombre y dirección le enviaré mis antecedentes profesionales y personales y gustoso recibiré los suyos por carta, teléfono o mail para poder charlar y que desde esa charla se promueva un crecimiento mutuo). Usted no entendió mi nota de que la crítica estaba por encima de dos nombres o partidos. Tampoco estamos de acuerdo en cuanto a que la actividad política necesite "sine qua non" que se pertenezca a determinada partidocracia. Mi adhesión a la política ha sido una conducta de vida, pues la creo como un verbo y no como un sustantivo o abstracción y se demostró en la formación de más de 20 discípulos que alcanzaron renombre profesional y humano. También fue un acto político el haber atendido durante seis años en forma gratuita, por cierto, en la isla Charigüé, y luego otro tiempo similar a nuestros hermanos tobas en Juan José Paso al 2000. Fíjese señor 6.046.555 que soy profundamente religioso (con mayúsculas) pero no practico ningún dogma confesional. En otras palabras, creo que los sustantivos con que se manejan los carentes de acción, suelen ser amantes de las abstracciones, y estas no alcanzan para mostrar qué es lo que quiere y espera el ser humano de una sociedad futura posible. Si ello no fuera así, un sólo ejemplo entre tantos, bastaría. Desde las bancas, donde "moran" los legisladores, se hubiera sacado una ley para erradicar las taperas del noroeste argentino y eliminar las vinchucas, con lo cual, en sólo una generación, se hubiese superado el problema de los millones de chagásicos con un destino incierto. Esto no va dirigido a un partido político en especial sino a todos aquellos que defraudaron las expectativas de quienes creemos en la democracia real y a quienes vemos en un permanente reciclaje, que les permite vivir a expensas del Estado; en otras palabras, del erario público.

Doctor Efraín Hutt