Aparecía como sospechoso en el homicidio de Susana Luján

Liberan a un hombre sindicado como entregador de un crimen

Dos de los autores lo habían acusado, pero un juez no encontró ninguna otra evidencia que lo probara

El juez de Instrucción Carlos Alberto Carbone dictó ayer la falta de mérito para mantener la imputación como partícipe de homicidio a un hombre que estaba detenido como presunto entregador del robo a la casa de Susana Leonor Luján, una anciana de 77 años que fue violada y asesinada por cinco chicos el 16 de enero de este año. El hombre, que estaba bajo arresto desde que se presentó voluntariamente ante la policía, fue excarcelado por el magistrado.

Se trata de Marcelo Díaz, de 37 años, quien reside en Navarro al 6000, en el barrio Ludueña. Su casa queda justo frente a la de Luján, en el mismo barrio donde también habitan los menores acusados de asesinarla.

Según los abogados de Díaz, Adrián Ruiz y José Ferrara, el juez Carbone tomó la decisión de dictarle la falta de mérito para mantener la imputación "por ausencia de pruebas". Aunque técnicamente esa medida no cierra la causa, en la práctica Díaz quedó al borde de ser desincriminado definitivamente.

Díaz había sido señalado como el supuesto entregador por dos de los chicos detenidos y acusados por el crimen. Según sus declaraciones, había sido él quien les comentó que los jueves no había nadie en casa de Luján, donde supuestamente sólo pensaban robar.

Pero el abogado Ruiz dijo ayer a La Capital que eso fue una "venganza". Es que, según Ruiz, un par de meses antes del homicidio de Luján su cliente "corrió" al grupo de chicos, que eran del barrio y siempre se reunían en la cuadra de Navarro al 6000, cuando presuntamente se disponían a cometer un asalto.

"Fue por eso que, cuando se sintieron acorralados, lo acusaron de ser el entregador", aseguró Ruiz.

Díaz, que tiene un prontuario sin antecedentes, es padre de tres hijos y "propietario de su casa", según reveló Ruiz, algo que marca una clara diferencia con la gran mayoría de los ladrones comunes.

Luján, que no oía ni veía bien, murió al ser sorprendida por cinco adolescentes de entre 14 y 16 años. El grupo entró a su casa a la madrugada con intenciones de robar, y aparentemente no pensaban encontrarse con la dueña de casa.

Los asaltantes rompieron una ventana e irrumpieron en la vivienda. Al ver a la mujer la atacaron ferozmente. Querían que les dijera dónde guardaba una importante suma de dinero que supuestamente estaba en algún sitio de su domicilio.

Fueron momentos terribles. La mujer fue torturada, vejada y finalmente asesinada. Enfurecidos, los ladrones saquearon la casa y robaron lo que pudieron. Se llevaron un lavarropas, un secarropas y un ventilador de pies. Pero fue el traslado del botín lo que finalmente haría que cayeran.

Una patrulla del Comando Radioeléctrico sorprendió a dos de ellos cuando transportaban los electrodomésticos. Los detuvieron por robo y los llevaron a la seccional 12ª. Recién al día siguiente, cuando se conoció el trágico final de Luján y una vecina reconoció que aquellos objetos pertenecían a la anciana, los investigadores comenzaron a sospechar que eran parte del grupo homicida.

Los otros integrantes de la banda homicida cayeron a partir de las declaraciones de los detenidos. La Brigada de Homicidios los ubicó enseguida. Todos vivían en el barrio Ludueña, a muy pocas cuadras de la víctima.

Sólo lo que dijeron dos de ellos al declarar ante la policía permitió apuntar a Díaz como el presunto entregador. Pero las pesquisas posteriores no arrimaron ninguna evidencia de que así fuera. Por eso ahora el juez Carbone lo dejó libre.

Luján fue asesinada el 16 de enreo pasado.