En algunos casos se trata de animales viejos y enfermos

Los vecinos se quejan por el aumento de perros callejeros

La protesta se escucha tanto en el centro como en los barrios. Exigen quela Municipalidad actúe

Los perros callejeros continúan siendo un dolor de cabeza para vecinos tanto de los barrios como del centro de Rosario. Para algunos "cada vez son más los animales sin dueño que deambulan por la calle" y otros aseguran que "representan un verdadero peligro". Es que en algunos casos se mueven en jaurías que llegan a juntar más de diez animales, corren a ciclistas y motociclistas que muchas veces pierden la estabilidad y hasta persiguen a quienes corren por la costa ribereña y los parques. Lo cierto es que no hay nadie que se haga cargo de ellos, ya que la vieja perrera de la Municipalidad desapareció y actualmente el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) no se hace cargo de estos animales (ver aparte).

Aunque no saben cómo llegan al barrio, los vecinos de Empalme Graneros aseguran que cada vez son más los perros que aparecen en la calle y sin señales de tener un dueño que los cuide. "Vienen cantidades, y en época de celo es terrible, porque andan en jaurías de a 30 que cada tanto atacan a alguien", se quejó el titular de la Vecinal Empalme Graneros, Osvaldo Ortolani.

Otro de los reclamos de los vecinos es que los animales están enfermos y, según Ortolani, "el problema es que la Municipalidad cerró la perrera, pero no creó ningún otro organismo para que se haga cargo de este tema, entonces año tras año la situación se va agravando".

Similares quejas también se escuchan entre los vecinos de barrio Cristalería. Es que cerca de allí pasa la ruta nacional 34, que según los vecinos es el lugar que muchos rosarinos eligen para abandonar a sus mascotas una vez que ya no las quieren tener en sus casas.

"Es terrible porque todos los días aparecen perros y gatos que la gente deja tirados", protestó la secretaria de la vecinal, Liliana Gómez. La mujer recordó que años atrás los vecinos se organizaban para adoptar a los animales y llevarlos al veterinario, pero en los últimos tiempos eso ya no se hace.

"Hay perros muertos de hambre, enfermos y sin vacunas que andan sueltos por la calle, y eso es un peligro para los chicos", continuó Gómez.

Y el límite oeste de la ciudad es también, según los vecinos, un depósito de perros abandonados. Rubén Safaroni está al frente de la vecinal Estela Maris Santa Rosa, y asegura que "la gente viene a esta zona y abandona a los animales. Los compran en el centro y los tiran acá".

Es por eso que en el barrio comenzaron a realizar, junto a la Municipalidad, una campaña de esterilización y adopción de perros. "Vamos a ver si de esta forma podemos mejorar la situación, porque como pasa en todos lados en la época en que las perras entran en celo no se puede andar por la calle sin tener que esquivarlos", comentó.

Al igual que en otros barrios, se trata de perros "viejos y enfermos", que para Safaroni "representan un gran peligro para los chicos que juegan en la calle, porque incluso se trata de animales que se alimentan en los basurales de la zona".

En el centro de la ciudad los vecinos tampoco se salvan de tener que toparse a su camino con alguna jauría. Y es una situación que los comerciantes de la zona vienen intentando solucionar desde hace tiempo. "La gente los abandona y entonces, aunque se busquen soluciones, siempre hay animales dando vueltas", se quejó el representante de los comerciantes de la zona del Paseo del Siglo, Luis Rodríguez.

Para Rodríguez hay dos cuestiones a tener en cuenta. "Por un lado, es la gente la que debe tomar conciencia de la responsabilidad de tener una mascota y, por otro lado, en la Municipalidad hay una incapacidad terrible para atender a estos animales y solucionar este tema".

Claro que también aquí "los animales persiguen a las bicicletas y a las motos con el riesgo que esto implica".

Y lo mismo sucede en la costa del río. "Desde el parque de España hasta La Florida a veces se hace complicado salir a correr porque te sigue una veintena de animales, que tiran el tarascón a la gente que pasa. Es un peligro", se quejó Oscar Roldán, vecino de la zona.

En pleno centro los animales cierran el paso a los peatones.