| sábado, 20 de marzo de 2004 | Intentos de educar El pasado martes fue el día que los niños supieron más de la vedette Alejandra Pradón que del nuevo planeta descubierto. Ni Giordano Bruno, ni Galileo Galilei, ni Copérnico fueron mencionados por los medios audiovisuales, bloqueados por descripciones interminables de la vedette que había caído del séptimo piso y su "des-enamorado" amante Fabricio. La historia se ubicó en cada intersticio de silencio paterno, de maestros exigidos y demandados por problemáticas variadas, e invadió los oídos y retinas de niños no inmunizados para enfrentar el continente mediático. El "des-cubrimiento" del planeta Sedna compartió la tapa de un diario matutino pero no tuvo ninguna resonancia ni importancia porque lo terrenal y celestial está ocupado por una vacuidad y banalidad pornográfica que opaca cualquier intento del iluminismo educativo, para conquistar el horizonte de los niños. Estamos generando un estado de intemperie máximo, obligando a los abuelos a recluirse en invernaderos de ideas y afectos y a los padres a sentirse inválidos en sus posibilidades de hacer posta con lo que creen y experimentaron. El día que los medios de comunicación se alíen al universo de conocimientos, válidos para cualquier generación, como la comprensión y el entendimiento de la realidad, junto a los sueños de libertad, se darán cuenta que hay muchos caminos para subsistir sin boicotear los intentos de educar.
Mirta Guelman de Javkin
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