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 miércoles, 03 de marzo de 2004

Existen más conciencia para la prevensión del virus C
Para el doctor Hugo Tanno existe más control en los bancos de sangre y entre el personal de salud

"Debido a una mayor conciencia vinculada con la prevención de la hepatitis C disminuyó la cantidad de infectados", aseguró a La Capital el doctor Hugo Tanno, jefe del servicio de gastroenterología del Hospital Centenario. Entre otras causas, la merma obedece a un mayor control en los bancos de sangre y a una mejor profilaxis del personal de salud.

"Tiempo atrás muchos contraían el virus a través de las transfusiones de sangre, riesgo que ahora disminuyó notablemente. Si bien la transmisión por vía sanguínea está más controlada en los centros de salud, no ocurre lo mismo en el ámbito de los adictos a las drogas, en el cual las jeringas infectadas se convirtieron en la principal fuente de contagio", agregó Tanno, quien presidió la Asociación Argentina para el Estudio de Enfermedades del Hígado.

Las vías de contagio del virus C son similares a las del sida (sin embargo las relaciones sexuales poco influyen en el mismo, así como también es rara o excepcional la transmisión de madre a hijo)."Las posibilidades de adquirir el virus por vía sexual son bajas (5%) y menos de un 5% en el caso de la transmisión vertical", especificó Tanno.

Para prevenir el contagio recomendó el uso de material descartable y aceitar los controles en los bancos de sangre para detectar a los portadores del virus.

Sin síntomas

No siempre es sencillo descubrir la manera en que la persona contrajo el virus, más tomando en cuenta que la hepatitis C es asintomática, lo que quiere decir que puede estar infectada sin saberlo y enterarse casualmente por la necesidad de practicarse estudios por otros motivos.

Para Tanno, cuando el paciente tiene antecedentes transfusionales, el medio de contagio es claro, pero también puede ocurrir que contraiga el virus a través de la práctica de acupuntura por el uso de una jeringa mal esterilizada o por un descuido en la práctica odontológica.

Si bien la afección no presenta síntomas, en algunos pacientes puede existir decaimiento, falta de apetito y fiebre, que muchas veces pasan desapercibidos. Es por eso que para su detección, el especialista recomienda conocer las características de la enfermedad y ser más precavidos utilizando material descartable.

En la mayoría de los casos la enfermedad se torna crónica, y es de evolución lenta. Según aclaró Tanno, en el 80% de los casos, no provoca daños severos, mientras que en un 20% puede llegar a evolucionar a la cirrosis (enfermedad crónica del hígado de carácter irreversible). "Este tipo de hepatitis en general no llega a manifestarse en forma fulminante", subrayó.

Respuesta inmunológica

Para que la hepatitis se manifieste de manera fulminante tiene que haber una respuesta excesiva del sistema inmunológico -que lleva a la destrucción de gran cantidad de células- lo que no ocurre en la hepatitis C. Precisamente esta falta de respuesta del sistema inmune hace que el virus no se elimine del organismo llevando al paciente a una enfermedad crónica. De lo anterior se deduce que la enfermedad surge de la interrelación entre el virus como agente agresor y el sistema de defensa del paciente.

El virus C puede controlarse mediante un tratamiento combinado de interferón pegilado (droga que se administra por vía subcutánea una vez por semana) y ribavirina (por vía oral).

Si bien no existe una vacuna para este tipo de hepatitis, sí las hay para la A y la B. Por lo general el adulto ya cuenta con anticuerpos y frecuentemente está naturalmente protegido.

En cuanto a la hepatitis B la vacuna debe aplicarse en individuos con riesgo de contraerla (personal de salud, trabajadores sexuales).

La hepatitis B es más común en el adulto joven, dado que la mayor frecuencia de contagio en nuestro país es la vía sexual", aclaró Tanno.

Finalmente el gastroenterólogo agregó que la E y la D no son hepatitis frecuentes en el país.

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