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 miércoles, 24 de diciembre de 2003

Charlas en el Café del Bajo

-Cualquier noche para nacer a una nueva vida es buena, pero la Nochebuena y la Navidad son mejores. Mejores porque cientos de millones de seres se sumergen piadosamente, en devoción, en oraciones y entonces una gran energía envuelve al planeta. Esta energía invoca a la otra energía superior y divina (podés llamarle Dios, Espíritu Santo, Energía Divina, Inteligencia Cósmica, o simplemente Jesucristo, como quieras) y entonces ésta se acerca a la humanidad, se produce el milagro del acercamiento. Por eso se viene hablando desde muy antiguo del "espíritu navideño". Este espíritu navideño es una sensación que se recoge del ambiente y si te serenás un poco, te desarraigás del mundo cotidiano y te decidís a percibirlo, relajando tu mente y tu cuerpo, lo vas a sentir. Para mí el "espíritu navideño" siempre fue eso: el encuentro de las almas que oran convertidas en gran energía, con ese ser superior que llamo Dios que en determinado momento se acerca más al hombre. Quiero aclarar que este encuentro no se produce por mediación exclusiva del cristianismo, sino que es común a todas las religiones y a todos los grupos humanos que se juntan para orar. Claro, cuanto más grande es el grupo, mayor es la energía. No se produce tampoco en una fecha, sino que es frecuente sentir este fenómeno espiritual en distintos momentos: en la Pascua, por ejemplo, sean éstas judías o cristianas y en otras celebraciones de tantas otras religiones. El fenómeno es siempre el mismo: la humanidad congregada ora, clama, invoca (de distintas formas) y la divinidad se acerca. Se acerca, aunque no tanto, es cierto, como se acercó en aquel momento haciéndose carne ("El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros", dice Juan).

-Pero se acerca y para decirte que se puede tener una vida mejor, que no te caigas, que no te dejes abrumar por las dificultades y el dolor. Se acerca para decirte que hoy desde la aparición de la primera estrella, antes de que anochezca y hasta antes de la medianoche de mañana (algún día te vamos a explicar por qué) hay vientos favorables para el cambio, un cambio que se puede lograr. Sí, desde aquí te queremos afirmar que se puede.

-Por eso si tus cosas en tu pareja no están tan bien; si tu relación con tu esposa, tu esposo, tus hijos, tus padres, o con tus hermanos, o con un amigo, está algo quebrada, no dudes en acercarte. Caminá a su encuentro, tomá el teléfono y hacé el llamado y decile, en todo caso: "Mirá... vengo porque unos locos andan diciendo que "se puede", que "podemos". Que no te venza el orgullo; que no impida la reconciliación el que tengas que dar el primer paso. Si lo hacés estarás haciendo algo que sólo es patrimonio de los grandes.

-Y vos, si sentís que en estas horas alguien llama a tu puerta no cerrés tu corazón, ¡por favor no hagas eso! Dejá que los resentimientos, rencores, recuerdos, queden sepultados en el infierno y mezclate en un abrazo con ese que se acerca a tu vida. Permití ese nuevo nacimiento.

-Ya sé, estarás pensando que con Inocencio tenemos que llenar este espacio y que apelando a nuestro oficio queremos enhebrar las palabras y hacer una costura bonita. Pero no es así. Sólo nosotros sabemos qué hubiera sido de estas vidas si no hubiéramos descubierto que... "se puede".

-Hay cosas que para nosotros, por diversas razones, son incontrastables, están fuera de toda duda. Dios es una de ellas y su Enviado es la otra. Con esa misma convicción hoy te decimos a vos que sentís soledad y ese vacío existencial tan común en nuestros días; a vos que estás abrumado por algo, fuere lo que fuere, seas empresario, comerciante, trabajador, profesional, ama de casa, jubilado, hombre, mujer, joven, no tan joven, o lo que seas: ¡se puede! Porque la luz del que nace, como dice Juan, "brilla en las tinieblas". Y te lo dicen dos tipos que, contrariamente a lo que puedas pensar, no son religiosos practicantes. Atrevete incluso a reconciliarte con vos mismo. ¿¡Cuántas veces no estás conforme con lo que sos o te cuestionás demasiado!? ¡Eso no es justo! No lo es porque, a pesar de la imperfección humana, sos algo maravilloso. Perfectible, sí, pero maravilloso.

-Así que cuando termines de leernos no te detengas, no permitas que nada se cruce en tu camino, ningún pensamiento pesimista. Llamá, golpeá esa puerta, acercate a su habitación, buscalo, buscala, buscate. Decile y decite que hay unos locos que andan diciendo que el Espíritu se acerca y viene a decirnos que... ¡se puede! Con todo nuestro amor ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Nacimiento!

Candi II

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