| miércoles, 29 de octubre de 2003 | El plantel eludió prensa e hinchas Y sí. Casi todos se comieron el garrón. La llegada de la delegación de Boca Juniors estaba prevista, de acuerdo a lo informado desde el hotel céntrico donde quedó alojado, a las 20. Sin embargo, el micro que trasladó al puntero desde Casa Amarilla arribó poco después de las 17.30 y los jugadores tuvieron prohibido el trato con la prensa.
El plantel xeneize pisó entonces territorio rosarino con una tranquilidad impensada para un equipo que manda con arrogancia en el torneo Apertura y que además tiene seguidores en todo el país, de la cual Rosario no es la excepción.
Pero ninguno de ellos pudo ver a sus jugadores de cerca. Después del técnico Carlos Bianchi y sus colaboradores, bajó del micro Abbondanzieri, Cascini y el resto, quienes rápidamente se fueron a sus lujosas habitaciones del Plaza Real sin formular declaraciones.
Recién alrededor de las 18 empezaron a caer los primeros hinchas y hasta se les dijo que todavía no habían llegado, pero bastó que Alfredo Cascini se asomara por la ventana de una habitación para conocer la verdad. A partir de allí se empezó a juntar mucha gente (además de la que venía para el anuncio, por parte de la federación de filiales rojinegras, del acto por los 100 años del club que se desarrollaba en el mismo sitio) y obviamente el más solicitado fue Carlos Tevez, quien no se asomó en ningún momento.
Sólo Clemente Rodríguez y Matías Donnet deambularon por el hall pero se negaron a conceder notas porque lo tenían prohibido. Es más, un jefe de seguridad xeneize controlaba esa situación y sugería amablemente a la prensa que abandone el lugar. Quizás hablen después del partido. enviar nota por e-mail | | |