Mucha gente que regresó a su casa teme sufrir saqueos.

Aunque el descenso de las aguas en varios lugares trajo algo de alivio a Santa Fe, lejos está de desaparecer el estado de shock que se apoderó de la población con el mismo ímpetu con que el Salado atacó la ciudad. Mientras algunos pudieron emprender un regreso sin esperanza a sus hogares, todavía son muchos miles más los evacuados que no saben qué les deparará el futuro o no tienen noticias de sus familiares. Y mientras las horas pasan crece el miedo a que la bajante deje al descubierto cientos ...

Una instantánea terrible en pleno regreso a los hogares. (Foto: Néstro Juncos)

Atardece en barrio Centenario, donde la vieja cancha de Colón es el emblema de la zona. Hay basura en las calles cortadas, olores pesados y no hay electricidad. A medida que se avanza por las veredas destruidas evitando las baldosas rotas, los rostros desolados de los vecinos lo dicen todo. Tanto, que quien llega desde sectores menos afectados por el desastre se siente un intruso y hasta teme hacer preguntas que puedan resultar imprudentes. Comienza a hacer frío. El agua se ha retirado bastante ...

El sol ayudó a secar un poco las prendas húmedas.

Mientras el agua continuó su retirada con mayor ritmo de las zonas más críticas y el constante descenso del río Salado trajo algo de alivio, ayer proseguían las tareas de asistencia a miles de personas ubicadas en los 140 centros de evacuación, a los que comenzaron a llegar provisiones y alimentos en cientos de camiones. El gobernador Carlos Reutemann supervisó la llegada de víveres, ropas y diversos elementos en los depósitos militares en la sede del Gada 121. Las autoridades del Comité de Cris...