Año CXXXVI
 Nº 49.830
Rosario,
sábado  03 de
mayo de 2003
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Catástrofe. Crudo testimonio de un rescatista sobre un confuso episodio
Grave denuncia sobre abandono de víctimas
Aseguran que policías y personal de Prefectura no asistieron a gente que cayó de una canoa. Habría muertos

Jorge Sansó de la Madrid / La Capital

Un hombre que con su lancha asistía a personas que aún permanecen sitiados por las aguas aseguró a La Capital que en cercanías de la cancha de Colón el martes a la noche vio cómo una canoa llena de gente dio una vuelta de campana y algunos de sus ocupantes se ahogaron ante la pasiva mirada de personal de Prefectura y de la policía.
La crudeza del testimonio de quien dando su nombre y apellido aceptó decir ante un grabador no lo que escuchó sino lo vio y el hecho del que participó, impactó a este cronista. Un joven voluntario santafesino, Leandro Vicino, quien desde hace 72 horas está ayudando con una lancha en las tareas de rescate, relató lo sucedido el último martes cerca de la medianoche.
Ayer a las 17, La Capital recorrió la zona de las calles Zavalla y Jujuy, allí el agua todavía tenía una altura que superaba en varios metros a las casas. Muchos vecinos de la cuadra han comenzado a volver a sus hogares a enfrentarse con la pérdida. Una mujer joven se acercó y dijo alterada: "Si ustedes son del diario lo que tienen que decir no es que perdimos todo, porque eso es sabido, sino que la Prefectura no asiste a las personas en riesgo y que hay muchos muertos".
La joven nos conduce al borde del agua en el preciso instante en que Vicino regresa con muebles rescatados y se dispone a llevar a un par de médicos para atender a una mujer con un cuadro de hipotermia que desde hace días está con su casa llena de agua.

Vuelta de campana
A Leandro, enérgico y decidido, se le tensaron los nervios ni bien comenzó el relató: "Mire, estos de la Prefectura y los de la policía son unos hijos de puta. El martes, a las 23, en la puerta de la cancha de Colón (sobre la avenida Juan José Paso) venía una canoa con unas 12 personas y al pasar justo por la puerta, donde la corriente chupaba todo como un gran embudo, fue arrastrada. Tras golpear contra una columna se dio vuelta. No puedo describirte la escena, los gritos, la desesperación y en ese momento pasaron dos lanchas de Prefectura pero no les hicieron caso. No puedo decirte la rabia que tengo acumulada. Al ver que estos tipos no hicieron nada, como tampoco los policías que estaban en una lancha a pocos metros, me tiré al agua".
Leandro terminó su relato: "Rescatamos a los que pudimos. Incluso una mujer que iba con un bebé y dos criaturas (cuyos apellidos suministró y son reservados en esta publicación) pero el bebé de pocos días murió en el acto al igual que otro de los nenes. El dueño de la canoa no quiso abandonarla y fue arrastrado hacia adentro de la cancha de Colón donde debe estar todavía. Esto no me lo contaron. Yo lo vi y lo viví. Por favor, ponelo así porque estoy seguro de que por alguna razón no están diciendo todo lo que está pasando. Tal vez sea para no crear pánico o asustar a la gente, pero hay que tener cuidado porque los muertos nos lo van a reclamar tarde o temprano".

Víctimas del Salado
A pesar de que la cifra de muertos oficialmente llega a 18 el temor de que haya muchas más víctimas fatales crece día a día y todos saben que llegará el momento en que la ciudad, más allá del grito desgarrador de los familiares directos, se preguntará: ¿cuántas vidas será el tributo final que se cobrará el río Salado con su irrupción de destrucción y muerte? \La mesura reclamada por las autoridades a la hora de informar sobre la cifra de muertos busca, entre otras cosas, evitar que el nacimiento de mitos o leyendas urbanas, nutridas del boca a boca, siembren a su paso el pánico y la desesperación.
"Puedo asegurarles que no hay cosa más difícil que esconder un cuerpo. Se puede esconder de todo menos un cuerpo y si yo quiero que me crean cuando digo que los muertos son, hasta ahora, los que se informaron, no puedo intentar esconder lo que sé", le dijo a La Capital el ministro de Justicia de la Nación, Juan José Alvarez. A la hora en que el ministro formuló tal apreciación la cifra oficial de muertos ascendía a 12, al cierre de esta edición ya es de 18.
Es decir, cumpliéndose los temores del gobernador Carlos Reutemann, asciende a medida que el agua se retira. Y sobre esta base de cruda realidad es que se tejen las leyendas urbanas que circulan de un lado a otro en la ciudad. No son pocos los que temen el ocultamiento, cualquiera sean las razones que anime a dicha conducta oficial.


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