Manuel Pellegrini pertenece a esos entrenadores que no se dejan seducir por discursos desmesurados. Ni antes usaba palabras apocalípticas para describir un presente torcido por los resultados ni ahora suelta conceptos que corran detrás de triunfalismos de ocasión. Por eso el técnico de River se apoyó en su equilibrio mental para destacar este triunfo ante Central. "El equipo hizo un partido muy sólido en todas la líneas. Controlamos muy bien las virtudes de Central sobre todo en el primer tiempo y hasta pudimos haber ganado por más goles de diferencia", resumió de entrada. "Siempre es importante ganar de visitante, pero si revisamos un poco lo que hicimos en el torneo cuando salimos del Monumental nos encontramos con un River que no cambia demasiado su manera de plantear los partidos", agregó. El técnico millonario tiró la pelota afuera cuando en la desordenada conferencia de prensa un cronista le preguntó si el rival a vencer en el Clausura era Boca: "El rival a vencer es Chicago. Si ganamos el próximo partido seguimos manteniendo la punta". Y remató: "A River recién lo voy a ver campeón cuando consigamos el título".
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