Como ocurre cada vez que Eduardo Coudet pisa el césped del Gigante, una ovación acompañó cada uno de sus movimientos. El romance que existe entre el Chacho y la gente de Central ya excede la camiseta que tenga puesta en ese momento el actual volante millonario. Mientras no se pruebe la de Newell's, Coudet siempre será tratado como un ídolo en el Gigante. Y la tarde de ayer no tenía por qué ser la excepción a tantos aplausos y reconocimiento. Desde que ingresó al estadio junto al resto de la delegación hasta el instante en que fue reemplazado por Gabriel Pereyra a los 68 minutos, el Chacho jugó mimetizado por el calor de los canallas. Ni siquiera se animó a pisar el área de su ex equipo y siempre dio la impresión de que no quería herirlo con sus acostumbradas trepadas por el sector derecho, más allá de que en los dos goles haya tenido indirecta participación. En el momento de ponerle palabras a esas sensaciones, Coudet dijo lo que el hincha de Central quería escuchar de su boca. "Sé que algún día voy a volver. Tengo decidido terminar mi carrera en Central". Con esa simple declaración demagógica, el volante derecho millonario abrió el diálogo que mantuvo con los periodistas mientras el resto de sus compañeros abandonaban el vestuario visitante custodiados por la policía. Sobre el triunfo propiamente dicho, apenas sostuvo: "Más allá de que esta vez les tocó perder, a los hinchas de Central les digo que no van a tener problemas con el descenso. Con el equipo que tienen se salvan seguro. Además yo los voy a estar alentando desde cualquier lugar, a esta gente la llevo en el corazón". Y continuó: "Me parece que después del primer gol encontramos bien los espacios y con los jugadores que tiene River eso marca la diferencia. Creo que ahí estuvo la principal clave del partido. No crean que fuimos tan superiores a Central, lo que pasa es que cuando a un equipo como el nuestro le dan espacios ocurre lo que pasó hoy (por ayer)". Coudet volvió al Gigante y su amor por Central está intacto. La leyenda continúa.
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