Parece mentira que a esta altura del fútbol profesional pasen cosas como la que se produjo a los 32' del complemento, segundos antes de que Sequeira parara el partido por invasión. Mientras la jugada transcurría en los dominios de Abbondanzieri, Castellano estaba parado en la puerta de su área grande y desconocía lo que sucedía detrás suyo. En ese instante, dos hinchas de Boca, que probablemente no sabían ni dónde estaban ni qué era lo que hacían, se pusieron a patear penales sin pelota. Uno de ellos movió su pie derecho como pegándole al palo izquierdo y el otro en la raya del arco voló hacia ese lado. ¿Lo habrá atajado?