Entre los 32 y 41' del complemento, el juego estuvo detenido porque un grupo de veinte hinchas xeneizes ingresó al campo de juego para rapiñar alguna prenda. Fue tan fellinesca la imagen que mientras los policías corrían detrás de los intrusos, varios de los jugadores de Boca emprendieron veloz carrera hacia el vestuario mientras los de Central se agruparon en torno al cuerpo técnico muy cerca del banco. El único futbolista canalla que quedó aislado fue Gustavo Barros Schelotto, quien se encaminó hacia la boca del túnel visitante para solicitar que inflaran la manga.
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