Héctor Rodolfo Veira ingresó a la cancha y caminó lentamente hacia el banco de suplentes. Pero antes de llegar a su lugar de destino, el Bambino detuvo su marcha para aguardar la llegada de Carlos Ischia y estrecharse en un abrazo con el técnico de Liniers, al que dirigió cuando estuvo en Vélez. Al final del cotejo y con la victoria leprosa consumada, el Pelado Ischia se dirigió al Bambino para saludarlo y luego se fue masticando bronca por la actuación de su equipo.