Ciudad del Vaticano. - Juan Pablo II iniciará hoy su viaje a Kazajistán, muy cerca de Afganistán, pese a la grave situación que se abate sobre Asia Central en espera de la inminente represalia norteamericana a los ataques terroristas en Nueva York y Washington.
El Pontífice, de 81 años, llegará hoy a este país de mayoría islámica en plena crisis internacional tras los atentados del 11 de septiembre y en medio de extraordinarias medidas de seguridad.
En Kazajistán -separada de Afganistán tan sólo por la República de Uzbekistán-, viven en la actualidad unos 300.000 católicos en una población total de 16 millones de habitantes, en su gran mayoría ortodoxos y musulmanes.
Juan Pablo II permanecerá hasta el próximo martes en el país kazajo, al que fue invitado por el presidente Nursultán Nazarbaiev, de 60 años, uno de los dirigentes más estimados de la disuelta Unión Soviética.
Los católicos kazajos son sobre todo hijos de los alemanes del Volga, deportados por Stalin a la estepas desérticas durante la Segunda Guerra Mundial. También hay polacos y ucranianos del oeste, que fueron deportados o llegaron en forma espontánea en los tiempos de la URSS.
Desde el arribo del Papa y hasta el próximo martes, día en el que partirá hacia Armenia, la capital Astana permanecerá cerrada al tráfico y sólo se podrá circular a pie.
En una república ex soviética con inmensos territorios despoblados y donde el ateísmo era impuesto desde el Estado, los sentimientos religiosos son considerados débiles, pero es grande el entusiasmo por la llegada del anciano Papa, destacan por estos días los diarios rusos.
En cambio, el Patriarcado de la iglesia ortodoxa, que considera a Kazajistán su "territorio canónico", recibió con pesar la visita del Pontífice romano.
Se espera que durante su visita a esta empobrecida región acostumbrada a las penurias, el Papa exhorte a la paz y advierta sobre los peligros que entraña una respuesta militar de Estados Unidos a los ataques en su país y en la que Afganistán es un primer objetivo.
Washington cree que en este país dominado por los talibanes aún se encuentra el millonario árabe Osma Bin Laden, al que considera principal sospechoso de los ataques.
El mismo día de los atentados contra las torre gemelas de Nueva York y el Pentágono, el pasado martes 11, el Papa invitó al mundo y a Estados Unidos a no sumarse a la escalada de violencia luego de condenar los ataques y afirmar que "jamás las vías de la violencia conducen a verdaderas soluciones de los problemas de la humanidad".
Versiones fantásticas
El viaje de Juan Pablo II tejió cientos de fantasiosas versiones sobre su seguridad, que incluyeron la hipótesis del avión papal escoltado por cazas, como el Air Force One del presidente de Estados Unidos.
Más posible y previsible es en cambio una escolta de honor en el espacio aéreo de Kazajistán, en señal de respeto hacia el huésped ilustre antes que por seguridad.
Una vez en tierra extranjera, la seguridad del Papa se confía al país que lo hospeda. Desde el Vaticano normalmente parten cinco o seis hombres de la Vigilancia (la policía del pequeño Estado) y un par de la Guardia Suiza.
Tras visitar Kazajistán, el Papa cumplirá su deseada visita a Armenia, un país de mayoría cristiana obediente al patriarcado apostólico armenio, entre el 25 y 27 de septiembre. (Ansa).