Washington. - La Casa Blanca se negó ayer a definir si el operativo militar que proyecta por los atentados del martes 11 es o no inminente, al tiempo que rechazó el reclamo de Afganistán de que aporte pruebas sobre la presunta responsabilidad del millonario saudita Osama BIn Laden. "Por supuesto que no", exclamó Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca, cuando un periodista preguntó si podía definir como inminente el ataque militar, presuntamente contra Afganistán, dada la ansiedad atribuida a los norteamericanos por una represalia por los atentados contra Nueva York y Washington.
EEUU acusó reiteradamente a Bin Laden como jefe de una presunta red terrorista internacional, responsable entre otras acciones de los atentados del martes 11, y le reclamó al régimen talibán que gobierna Afganistán que lo entregue. A ello los talibanes respondieron que EEUU debe presentar primero las pruebas de sus acusaciones, reclamo que ayer Fleischer rechazó. "El presidente dejó claras sus condiciones", dijo el portavoz en referencia al mensaje al país de George W. Bush, y recordó que dijo que "no habrá discusiones ni negociaciones" con los afganos.
La segunda ola de fuerzas norteamericanas destinadas al Golfo y las otras regiones que serán escenario de la guerra contra el terrorismo están listas para partir. El nuevo despliegue fue firmado por el Pentágono, y la aeronáutica dispuso el envío de nuevos aviones, además de entre los 100-130 aparatos enviados en los últimos días, dijeron fuentes de la defensa que prefirieron la reserva. Un oficial militar de alto rango dijo que alrededor una docena de aparatos -incluyendo aviones de reabastecimiento- forman parte de la orden, que sigue al emplazamiento a comienzos de semana de unas 100 aeronaves de combate y asistencia a la región del Golfo. El oficial abordó el tema pidiendo el anonimato y sin proporcionar más detalles.
El Pentágono ha mantenido bajo el más estricto sigilo toda información referente al despliegue militar tras los atentados terroristas de la semana pasada. Victoria Clarke, portavoz del secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld, dijo que el ejército estadounidense está listo, pero no precisó en cifras y medidas concretas. "Nos estamos preparando para lo podría ser un amplio abanico de opciones. Se verá un gran despliegue de personal de equipo", indicó Clarke.
Reservistas
El desplazamiento de las fuerzas militares de EEUU en el golfo Pérsico y el simultáneo refuerzo de las defensas en el territorio continental ha hecho necesario el llamado a filas de miles de miembros de la Guardia Nacional y las reservas. La fuerza aérea indicó el jueves que 5.000 reservistas han sido llamados al servicio activo. Estos incluyen una unidad de apoyo logístico para un bombardero B-52 en la base de Barksdale en Luisiana; y otra para el bombardero B-1 en Robins, Georgia.
Rumsfeld señaló que si bien la zona del golfo es el objetivo de los desplazamientos actuales, el inminente teatro de batalla no se parecerá en nada al decisivo despliegue que las fuerzas encabezadas por EEUU tuvieron durante la Guerra del Golfo en 1991. "Estamos en algo que es muy, muy diferente a la Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam, la Guerra del Golfo, Kosovo, Bosnia, el tipo de cosas que la gente piensa cuando se habla de «guerra», o «campaña» o «conflicto»", manifestó Rumsfeld.
En Japón, el portaaviones Kitty Hawk, el único emplazado en el Pacífico occidental, zarpó ayer de su puerto en Yokosuka con destino desconocido. El portaaviones cuenta con una tripulación de 5.500 marineros, pilotos y soldados, con 70 aviones de combate. El Kitty Hawk fue escoltado también por otros cuatro barcos de la armada estadounidense, incluido el destructor Cushing y el Curtis Wilburn, contra misiles guiados. Oficiales norteamericanos declinaron emitir comentarios sobre los desplazamientos, pero se cree que los barcos se dirigen hacia el océano Indico.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, declaró sin ambivalencias que una guerra terrestre es inevitable. "Vamos a tener tropas en tierra en algún sitio, por cierto tiempo, y tendremos que luchar contra esta gente...ir a las tinieblas donde viven y operan y acabarlos", declaró Hastert a la cadena de televisión NBC. (Ansa, Télam y AP)