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 viernes, 26 de octubre de 2007  
Llovieron rechazos al proyecto para ampliar el estacionamiento medido
El plan oficial también prevé subir la tarifa hasta un 200 % y prohibir el parking en el microcentro. Comerciantes y ediles dispararon contra la idea, que se discutirá en audiencia pública

Con distintos matices, ayer retumbaron las voces de rechazo al amplio proyecto oficialista para reducir el tránsito en el micro y macrocentro de Rosario. La principal queja apuntó a la ampliación del estacionamiento medido y concesionado a zonas hasta ahora libres, en algunas de las cuales los valores se triplican. Los comerciantes céntricos, por su parte, pusieron el grito en el cielo y algunos hasta ya amenazaron con marchar en son de protesta. La audiencia pública para debatir el tema, el 28 de noviembre, promete ser picante.

   El plan propuesto por el Ejecutivo municipal para descomprimir la situación del tránsito en las áreas centrales de Rosario no cayó bien entre buena parte de los concejales. Incluso un socio político del oficialismo, como el radical Jorge Boasso, no dudó en calificarlo como “nada socialista” y “un robo a la gente”.



Sin precedentes. “No existe ciudad en el mundo con estacionamiento medido en un espacio público tan amplio, sin ninguna contraprestación y en áreas que no tienen movimiento comercial ni bancario”, aseguró Boasso. “Ni Menem” se habría atrevido, arriesgó.

   Otro que se indignó fue el justicialista Osvaldo Miatello, quien —entre otras críticas— recordó que el estacionamiento medido propuesto para el centro, de hasta 3 pesos la hora, representa “un aumento disparatado del 200 por ciento” sobre el precio actual.

   La medida, dijo, “castiga aún más a la gente, perjudica al comercio, alienta que se incrementen los estacionamientos privados y al único que beneficia es al futuro concesionario”.

   Para el edil, no se evitará el congestionamiento de tránsito “sin inversión”, por ejemplo mediante la construcción de estacionamientos subterráneos y la mejora del transporte público como opción de traslado.

   El arista Nire Roldán también opinó que el proyecto no logrará mejorar realmente el tránsito ni la calidad de vida, algo que requeriría, entre otras medidas, restringir el ingreso de autos al microcentro y no sólo prohibir que estacionen en él, como planea el Ejecutivo.

   Para Roldán, desalentar el uso del auto en la zona céntrica no debería lograrse con un aumento del estacionamiento concesionado (lo que definió como “recaudatorio”), sino con la creación de franjas urbanas o playas en zonas “estratégicas”, donde los conductores puedan dejar sus autos y seguir camino en un transporte público y eficiente.

   En general los concejales no objetaron la prohibición de estacionar en el microcentro (Paraguay, San Lorenzo, Laprida y San Luis, más un tramo por Buenos Aires y otro por San Juan), pero sí lo hicieron, y con énfasis, los comerciantes.



Temor a la parálisis. La mayoría de los dueños de locales del centro no cree que la saturación del área se deba sólo o principalmente a que hoy es libre la circulación y el aparcamiento de autos.

   El titular de la Asociación de Amigos de Calle Corrientes, Héctor Vergara, opinó que “no es el estacionamiento en la calle lo que genera problemas en el tránsito”, sino las cuadras cortadas por obras interminables, las dobles filas y los camiones que descargan fuera de horario.

   El comerciante recordó que la época en que se restringió el ingreso vehicular coincidió con la “desertificación de la zona”, lo que llevó a que “muchos negocios empezaran a cerrar sus puertas”. Para el dirigente, la solución pasaría por alentar emprendimientos público-privados para construir estacionamientos de varios pisos a precios accesibles.

   El presidente de la Asociación Empresaria, Elías Soso, coincidió en gran medida con Vergara: atribuyó el caos vehicular a los constantes obstáculos de tránsito, dijo que deben alentarse la construcción de playones y el crecimiento de zonas comerciales a cielo abierto en otras áreas, y mejorar el transporte público.

   Su síntesis fue cosmopolita. “Los ingleses, que de esto saben bastante, tienen un eslogan: «No parking, no business» (sin estacionamiento no hay negocio)”.



Calle San Luis. Desde calle San Luis las quejas fueron aún más abrumadoras. Dueños de locales a la altura de Mitre y de Moreno llamaron a La Capital para expresar enérgicamente su rechazo al plan.

   No sólo eso: también despotricaron porque las restricciones y el aumento del estacionamiento medido sólo son “recaudatorios” y conspirarán contra la llegada de clientes.

   Y “mientras la Municipalidad arma proyectos como este —argumentaron—, San Luis seguirá sin policías ni agentes de la GUM, con las veredas atestadas de puestos truchos que impiden la circulación de peatones, y la presencia de mecheras y gitanas que alejan todavía más a la gente”, sostuvo Pedro Descarrega.

   Su colega Marcelo Romano fue coincidente. Y en representación de otros comerciantes, advirtió que si es necesario harán una movilización para que el Ejecutivo los escuche. l
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El plan de la Municipalidad busca reordenar el caótico tránsito en el área central de la ciudad. Los comerciantes dicen que “atentará contra las ventas”. En el Concejo van más allá y aseguran que a este aumento del costo por estacionar “no lo hubiera hecho ni Menem”.

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