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 domingo, 30 de septiembre de 2007  
Camino a la Rosada. Lilita dijo que Hermes Binner debe dedicarse a “preservar” la provincia de Santa Fe
Carrió: “No debemos estar condenados a vivir en el barro”
La candidata de la Coalición Cívica se mostró segura de su ingreso al ballottage el 28 de octubre

Jorge Kaplán / La Capital

Elisa Carrió está segura de ir a un ballottage con el oficialismo en las presidenciales del 28 de octubre, a partir de un crecimiento de la Coalición Cívica que se basa en un proceso de autodeterioro del gobierno nacional y la voluntad de cambio de los argentinos: “No estamos condenados a vivir en el barro”, resume. La candidata insiste en que el “contrato moral” que pregona es la clave para un desarrollo social y económico sustentable. También consideró que la prescindencia del gobernador electo de Santa Fe Hermes Binner de los comicios del 28 de octubre “es lo correcto” ya que “preservando sus provincias y construyendo los mejores equipos de gobierno es como mejor nos ayudan”.

   Carrió, en un momento prefiere hablar de propuestas en vez de entrar en polémicas con sus rivales. “Como siempre lo señala Alfonso Prat Gay, que va a ser nuestro ministro de Economía, algunas condiciones morales como el no mentir, no robar, van llevando a una sociedad a reglas claras de juego en lo institucional y en lo económico. Estas dos condiciones, con reglas claras también en la distribución del ingreso y la justicia social conducen inexorablemente a una sociedad subdesarrollada en ser una desarrollada”.

   También señala a La Capital que quiere “eliminar retenciones a la ganadería, a los lácteos, ir bajando los puntos de retenciones a los granos, desarrollar los emprendimientos, compatible con equidad social y preservación de los recursos naturales”.

   —¿Confía en que habrá ballottage?

   —Esta es la fórmula opositora en condiciones de estar hoy en ballottage y disputar la Presidencia. Vamos creciendo muy bien, haciendo nuestra propuesta y demostrando cómo se puede gobernar desde otro lugar.

   —¿Este crecimiento tiene que ver con un deterioro de la imagen del gobierno?

   —Es una coincidencia de varias cosas. En primer lugar, no es por un estado actual del gobierno, sino la demostración de un estado anterior en materia de corrupción, desborde económico con la inflación, pérdida de calidad institucional. Y por otro lado, la emergencia de un salto de calidad institucional que todos nos merecemos y necesitamos. Podemos vivir en la transparencia, la república, la eficiencia, el desarrollo económico y la justicia social. Los argentinos no estamos condenados a vivir en el barro. Después de tantos años de aprendizaje colectivo estamos preparados para un país mejor. Desde distintas tradiciones pueden ver en la fórmula y en la Coalición Cívica una síntesis distinta, no un rejuntado electoral. Lo más interesante de este proceso es ver cómo hace cuatro meses yo comentaba que íbamos hacia un proceso de autodeterioro (del gobierno) y las elecciones de octubre iban a ser absolutamente competitivas, uno hablaba en el aire, pero hoy es un dato de la realidad, y lo será aún más a fines de octubre.

   —¿Lo que está ocurriendo con los escrutinios en Córdoba y Chaco, le genera preocupación sobre un posible fraude en las elecciones generales?

   La entrada nuestra al ballottage implica la posibilidad cierta de la pérdida del poder del oficialismo. Estamos tratando de asegurar (la transparencia) y llamamos a la gente a que nos acompañe en una campaña muy fuerte de fiscalización. No estamos preocupados, pero estamos ocupados de dar garantías.

   —Desde el lavagnismo se ha dicho que el gobierno prefiere confrontar en un eventual ballottage con ustedes y no con el ex ministro.

   —Nosotros no hablamos de los demás candidatos opositores, ni siquiera de la candidata oficialista. Hacemos nuestra propuesta y no deambulamos por la especulación política.

   —¿Cómo se ve respecto a la elección presidencial de 2003. Le preocupa que haya un desgranamiento de aquel importante caudal de votos?

   —Nos vemos mucho mejor. Si algo tuvo de bueno el partido que me tocó construir (el ARI), es que ha logrado mantener un piso del 15% a lo largo del tiempo. Los candidatos de 2003, excepto los que tienen el poder, han desaparecido. De ese piso parte una coalición que seguramente va a tener un resultado muchísimo mayor, pero esa pequeña roca que se construyó para una coalición cívica más amplia fue decisiva.

   —Con las demandas que le han hecho funcionarios y allegados al gobierno por calumnias...

   —(Interrumpe). Ya está... Ya ganamos.

   —La pregunta es si se siente o se sintió perseguida.

   —Nunca fui víctima, ni en el juicio. Siempre pensé que a determinados grupos y personas tenerles miedo era un acto de estupidez y decidí que me lleven a juicio pero no tener miedo. Y salió bien. No me quería encontrar en el juicio final yendo al Infierno por haberle tenido miedo a (Julio) De Vido, me iban a mandar al Infierno por tonta. Poder demostrar que no callar es importante para ir abriendo los caminos de una sociedad.

   —¿Por qué planteó que se humilla a los militares?

   —Yo fui miembro informante de la nulidad de la obediencia debida y punto final, redactora de puño y letra de la jerarquía constitucional de los tratados internacionales en la Constituyente del 94 y del tratado sobre desaparición forzada, de la ley de la verdad, autora de la doctrina del caso Bussi. Desde ese lugar hablo, y en eso no tiene nada que ver el gobierno, que sólo dio los votos pero nunca estuvo. Definidos quiénes son los que van a ser juzgados por delitos de lesa humanidad y separados, nadie más de esa fuerza puede ser sospechado. Debemos tener Fuerzas Armadas eficientes, no las tenemos que humillar. Verdad, justicia y condena para quienes cometieron delitos de lesa humanidad, reconstrucción y nuevo trato para las Fuerzas Armadas, porque si en la Argentina empezamos a meter a todos en un paquete no queda nadie.

   —¿No ayudaría que los procesos judiciales no fueran tan lentos?

   —Por supuesto que son lentos, estamos de acuerdo, pero no vamos a entrar en el escenario maniqueo. Y esto lo digo a título personal, creo que nuestra generación, o parte de ella, fue víctima pero no fue heroica. Creo sólo en el juzgamiento de los actos de terrorismo de Estado, ¿está?, pero creo en el arrepentimiento de todos en el uso de la violencia o cuando alguna vez lo aplaudimos. Y quiero decir que cualquier Presidencia, y sobre todo desde una perspectiva de sensibilidad social enorme como la que tenemos, debe poder dar respuestas muy decididas, muy fuerte y con mucha autoridad a la seguridad ciudadana. Hay que desarrollar una política social pero hacer cumplir la ley. Debe haber un régimen penal adolescente, distinto al de los adultos, pero los chicos deben saber que cometieron una infracción. No deben ir presos pero que sí tener sanciones, empezar a entrar en el país de la ley. Hay que hacer frente al narcotráfico, al paco, a la cocaína, hacerse cargo de la seguridad ciudadana, que comprende no sólo que no te roben sino también la posibilidad de ir a la escuela. Hoy los máximos perjudicados son los pobres. La cuestión de la seguridad no debe ser un tema de la derecha reaccionaria, sino de los sectores más progresistas y republicanos, que se solucione con solidaridad y eficiencia, pero con mucha ley y autoridad.

   —Usted dice que ahora está más moderada porque sabe que va a ser presidente.

   —Estoy más moderada porque crecí. Dicen que ser anciano es aprender de la prudencia y la templanza del carácter, capaz que estoy anciana, pero estoy bien.

   —¿En qué siente ese crecimiento o ese cambio?

   —No he cambiado ninguna de mis convicciones, sino el carácter, que es una cosa distinta. Estoy menos pasional.

   —¿Le molesta la prescindencia de Binner para las presidenciales?

   —Es lo correcto, debe preservar la provincia y Rosario. Nosotros somos los candidatos. Esta batalla nacionalmente la venimos dando con Rubén Giustiniani.
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"Estoy demostrando cómo se puede gobernar desde otro lugar”, dijo Carrió.

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