Los canallas, con el ánimo bien arriba

Las prácticas previas a cada partido son más importantes en el aspecto anímico que en el futbolístico. Es cierto que se repasan conceptos y se machaca en las posibles situaciones que puede plantear el rival de turno, pero nada sirve más de termómetro que verle la cara a los jugadores.

   En ese sentido, el técnico Carlos Ischia puede quedarse tranquilo porque el plantel está compenetrado en lo que se juega ante River.

No hay señales de dispersión del objetivo en el grupo. Todos tienen la mira telescópica puesta en dar el gran golpe de la fecha.

Por eso Christian González se pasó todo el entrenamiento de ayer en una de las canchas anexas al estadio de Vélez Sarsfield arengando a sus compañeros. Se cargó la tensión solito y a veces la compartió con el Pejerrey Belloso, el Rifle Castellano, el Vasco Azconzábal y Messera, los integrantes de la legión de experimentados.

Al Kily se lo vio tomando del hombro a Tomy Costa en una clara situación de estar susurrándole algo relacionado con el partido de hoy. Lo mismo hizo con el Kitu Díaz y el Cachi Zelaya. Si la punta de lanza está con pilas, es más fácil que la locomotora se enganche.

   Ischia también les tendió una mano con su predisposición a hacer de la práctica un momento de distensión y a la vez de concentración. Hubo divertidos revolcones con algunas atajadas del Kily y Chirola Ledesma, los improvisados _pero efectivos_ arqueros en el picado.

También se escucharon humoradas que retratan la buena cara del plantel pese a la acumulación de malos resultados.

Está claro que el efecto clásico todavía está metido en el cuerpo y la mente de cada uno. Pero lejos de querer sacarse de encima ese tesoro que encontraron hace dos fechas en el Coloso, los jugadores canallas se juramentaron hallar otro en el Monumental.