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 domingo, 23 de septiembre de 2007  
El centro tiene 17 obras abandonadas

María Laura Favarel / La Capital

La otra cara del boom de la construcción es la de aquellas obras que comenzaron pero que no se pudieron terminar. Según un relevamiento realizado por la Municipalidad, en 2002 había 33 construcciones detenidas, sólo en el radio céntrico (Oroño, Pellegrini y el río). Desde ese momento hasta 2006, 16 reanudaron los trabajos, pero aún hay 17 que siguen frenadas. Muchos de esos edificios abandonados están usurpados y suponen una amenaza para los vecinos.

   Para muestra basta un botón. La construcción del edificio ubicado en Zeballos al 1100 hace 15 años que está frenada. Pero eso no es todo, varias personas hicieron de las ruinas su hogar y viven en el edificio sin terminar. Los vecinos linderos tienen “miedo” y cruzan de vereda antes que caminar por el frente de la obra. Hace 15 días debieron llamar a los bomberos porque los ocupantes hicieron fuego y las llamas se expandieron. “Nosotros nos asomamos por el olor a quemado pero cuando salimos a la calle pudimos ver las llamaradas”, expresaron enfrente.

   Quienes habitan al lado de la construcción son los más preocupados. Una señora que vive en un primer piso manifestó angustiada que tuvo que cerrar herméticamente el balcón. “Es un peligro”, denunció. “Ya no sabemos qué hacer, yo ni me animo a salir al balcón”, agregó.

   Por su parte, la otra vecina colindante aseguró que por las noches escucha a gente caminar por el techo y que “toman el agua de los perros” que tiene en el fondo de su casa.

   Al consultar por el asunto a los demás residentes de la cuadra, reconocieron a viva voz que “la obra abandonada es un problema para todos”. La calle es muy peligrosa: “Una vez vino la policía y sacó a un hombre, pero al día siguiente lo vi volver con la botella de vino bajo el brazo”, relató una señora que habita en Zeballos al 1100 desde 1992.

   Una de las empleadas del negocio de artículos de computación ubicado junto a la construcción manifestó: “No tengo problemas con la gente que vive allí, pero sí con que prendan fuego”, ya que peligra el local comercial. A su lado, otra de las personas que estaba en el negocio, dijo que ella por ahí no pasa, se cruza de vereda.

   “Mi marido ya hizo la denuncia varias veces en la policía y además buscó a los constructores, pero ellos sólo pusieron un candado”. Al parecer los okupas se burlan de la cerradura porque “saltan las vallas metálicas para ingresar”, dijo otra mujer de la zona.

   La misma situación de Zeballos y Mitre se repite en el edificio en obras abandonado de San Martín al 500. Allí hace 10 años que allí vive una familia, y hace una semana se cayó una nena por el hueco del ascensor. Otro de los edificios usurpados es el de Alem y Zeballos.

   Se trata sólo de algunas de las 17 ejecuciones que esperan sean reanudadas. Desde Obras Particulares de la Municipalidad, su director, Eduardo González, aseguró que se realizará un nuevo relevamiento para detectar cuántas son las construcciones detenidas, con el objetivo de revertir la situación. ¿Será posible? l
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