Cámara sorpresa

Los cafés, un mundo perdido. El viejo bar Rosario, de San Martín al 1100, en sus momentos de esplendor. Una clientela masculina sentada plácidamente en sillas sobre la acera refleja un pasado que desapareció hace rato. Ahora no es fácil encontrar un café con características similares, ni siquiera después de la medianoche: los bodegones retroceden lenta pero inexorablemente en la ex Chicago argentina, al compás de un fenómeno que muchas veces suele ser llamado progreso.