Año CXXXVII Nº 49464
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Escenario
Ovación
Economía
Mujer
Señales
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 29/04
Mujer 29/04
Economía 29/04
Señales 29/04
Educación 28/04
Página Solidaria 25/04
Salud 18/04
Estilo 07/04

contacto
servicios
Institucional



 domingo, 06 de mayo de 2007  
Quería ser odontóloga, pero no pudo

Analía Nominatti (47 años) vino a Los Angeles con su madre un mes antes de la guerra de Malvinas: "Todavía no se vislumbraba nada de la guerra", aclara. Pero ya se habían adelantado su entonces novio y actual esposo, Freddy, y su hermano para conseguir trabajo.

Su padre, de oficio tornero, quien también emigró, se quedó en Arroyito un tiempo más vendiendo lo último que les quedaba.

"Mi barrio era Arroyito pero soy de Newell's", remarcó.

La idea de la familia Nominati era ir a EEUU y no volver, y así fue. "Nuestro problema en Argentina era económico, pese a que mis padres tenían trabajo por aquel entonces. Yo estaba en tercer año de odontología, con calificaciones sobresalientes, y no podían comprar los instrumentos. Esa es la parte que mas me dolió; todavía miro la libreta universitaria y me dan ganas de llorar", expresó.

Analía y su familia (tiene un hijo de 21 años que está a punto de graduarse de abogado) gozan de un buen pasar. Les falta poco para terminar de pagar su casa que compraron hace 25 años (en el sur de California un inmueble de 250 metros cuadrados cuesta unos 500 mil dólares). "Mi madre tenía 47 y mi padre, que falleció acá en 1994, tenía 51 años cuando llegaron. Los dos pudieron rehacer su vida laboral y pusieron un negocio de vitaminas naturales. Ellos se vinieron por nosotros", se sincera Analía justificando el motivo de haberse quedado.

A ella tampoco le fue difícil encontrar trabajo. Casi desde que llegó a Los Angeles trabaja en una compañía de viajes y seguros de un argentino. "Comencé en el 85 a vender seguros de auto ,casas y comerciale", explicó. Ahora ella está a cargo de la sucursal de la compañía ubicada en el valle de San Fernando.

Sin embargo, aclaró que no puede integrarse por completo a la cultura de Estados Unidos. "Nunca voy a acostumbrarme a cenar a las 5 de la tarde o a desayunar huevos con tocino", afirmó.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Notas Relacionadas
Qué hacen los rosarinos que se fueron a vivir a Los Angeles



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados