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 domingo, 15 de abril de 2007  
Panorama. La recurrencia de fenómenos ambientales extremos pone a prueba las políticas públicas y las previsiones privadas
Cómo será la economía del cambio climático
Los gobiernos deberán hacer más reservas e invertir en infraestructura. Las compañías de seguros ajustan coberturas. La producción, en riesgo

Patricia Martino / La Capital

¿El cambio climático se hizo realidad? Desde hace años científicos de todo el mundo vienen pronosticando que aumentará la temperatura, se intensificarán las lluvias, algunas regiones serán gravemente afectadas por la sequía, escaseará el agua y se extinguirá una gran cantidad de especies. Las últimas lluvias que cayeron en la región y sumaron más de 500 milímetros en una semana no se tomaron como una atípica situación de intensas precipitaciones sino que están siendo catalogadas como un efecto concreto del cambio climático, que avanza a pasos agigantados. Transformaciones que tienen su costo económico.

El cambio climático podría reducir el crecimiento económico mundial en una quinta parte, a menos que se tomen medidas drásticas, advierte el economista Nicholas Stern en un informe que elaboró para el gobierno británico a fines del año pasado y se convirtió en un hito histórico porque fue la primera vez que se pidió un estudio económico en lugar de climatológico. Tomar acciones de inmediato costaría el 1% del producto bruto interno (PBI) mundial pero si no se realiza esa inversión el mundo se expondría a una recesión que podría alcanzar el 20% del PBI global.

En la provincia de Santa Fe la conformación de un fondo anticíclico, que en su momento fue objeto de polémica, permitió hacer frente al gasto de los daños ocurridos por la última inundación sin recurrir a financiamiento de organismos internacionales o la ayuda del Estado nacional. ¿Pero será suficiente para el futuro?

El ministro de la Producción, Roberto Ceretto, adelantó que se comenzó a pensar en el diseño de un fondo para emergencias agropecuarias producidas por factores climáticos. “Tenemos que tener a mano una herramienta de salvataje porque somos una provincia productora y no podemos renunciar a esto”, apuntó el titular de la cartera productiva santafesina, quien mencionó que se debería crear un fondo de por lo menos “150 ó 200 millones de pesos para que cuando pase una emergencia se pueda atender”.

En el plano municipal, el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, señaló que “no está prevista la conformación de un fondo para responder a las contingencias climáticas”, pero advirtió que “se prevé tomar medidas para que la población no se vea afectada por las lluvias”. En rigor, precisó que se realizarán controles más frecuentes para no permitir la radicación de asentamientos en terrenos inundables. Gustavo Asegurado, titular de la Secretaría de Hacienda Municipal, indicó que actualmente “cada área tiene prevista una partida para cubrir determinados eventos e imprevistos”, pero agregó que “si estas situaciones son más recurrentes o de otra magnitud habrá que hacer un replanteo”.



Alternativas

El economista Antonio Margariti planteó algunas alternativas para tener en cuenta. Propone que la organización provincial no sea mediante un esquema ministerial sino por una división geográfica, por regiones ecológicas o climáticas. Bajo este esquema Santa Fe podría dividirse en siete bloques: el bosque chaqueño de los departamentos del norte, el monte santiagueño del oeste santafesino, los bajos submeridionales y la zona de cañadas, el monte húmedo de la costa hasta el norte de la Capital, la zona de islas en el frente oriental del Paraná, la llanura semiárida y arenosa de los departamentos del sur y la pampa agrícola húmeda con semicentro en Rosario.

“Esta es la realidad que deberán tener en cuenta los próximos gobiernos porque si llegan a ignorar lo que la naturaleza nos brindó, pagarán muy cara esta soberbia”, advierte Margariti.

Para estas siete regiones climáticas de Santa Fe, el economista recomienda un plan de ordenamiento del territorio que tenga en cuenta objetivos concretos, como respetar la vocación natural de cada espacio geográfico, delimitar claramente las condiciones para el asentamiento de poblaciones y la construcción de viviendas, integrar los proyectos de vías de comunicación y de transporte con esos estudios geográficos, clasificar la tierra por capacidades agronómicas según la ecología de los cultivos y conservar a toda costa el manto vegetal y los bosques naturales.

Por su parte, el economista Tulio Ceconi consideró que si bien todavía no se conoce cuál será el efecto real del cambio climático afirma que “está a la vista que hay cambios”. Como las transformaciones de cada región a raíz del cambio climático no serán uniformes, el analista advierte que “es difícil predecir que pasará”. No obstante, sugiere que una buena herramienta para enfrentar el nuevo esquema será contar con obras de infraestructura adecuadas y por eso sugiere que ya se deben tomar previsiones al respecto.

El economista propone comenzar a analizar previsiones de largo plazo porque “el cambio climático es muy grande y hay que tener disposiciones para un régimen de lluvia que no es al que estábamos acostumbrados” hasta ahora. “En el caso de los productores de la isla, ahora se los subsidiará para que puedan continuar con su actividad pero no tiene sentido volver al lugar si se sabe que se profundizarán las lluvias”.



Impacto por sectores

Un caso en el que se pone en evidencia el impacto del cambio climático es en el sector seguros. Durante el X Encuentro Nacional de Seguros (Enseguros), que se realizó en Rosario y congregó a productores de todo el país, se armó un foro de discusión sobre qué coberturas deberían incorporarse en el seguro climático para así responder a las nuevas necesidades de quienes sufren un siniestro por contingencias climáticas.

Ernesto de las Navas, presidente de la Asociación Agentes de Seguros de Rosario, explicó en ese momento que “con las tormentas se descubrió que hay cosas que no están cubiertas porque antes no eran necesarias”. Luego de la pedrea del 15 de noviembre las aseguradoras de la ciudad tuvieron que enfrentar a gran cantidad de clientes que reclamaban por sus daños, siniestros que no estaban contemplados en las pólizas.

También se observan cambios a un nivel microeconómico. Desde el mercado de tecnología disponible para reducir el impacto de la producción industrial, los ajustes productivos para afrontar corrimientos de las demandas internacionales (como pasó con los proveedores de insecticidas frente a la inesperada invasión de mosquitos), la construcción, con la inesperada demanda de reparaciones, hasta los fabricantes de maquinaria agrícola, que buscan permanentemente mejoras para que “la falta de suelo” deje de ser un impedimento en las labores de cosecha.

Como sea, el cambio climático ya está en marcha y su efecto en la economía también.
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Según un informe encargado por el gobierno británico, el cambio climático podría afectar el PBI global.

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