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 domingo, 01 de abril de 2007  
Neutralizando misiles con máquinas de hacer fideos

La tremenda brecha tecnológica que separó a las Fuerzas Armadas argentinas de las inglesas durante la Guerra de Malvinas en 1982 fue contundente y obligó al ingenio nacional a llegar a límites insólitos para intentar acortar esa diferencia.

Tal es el caso de la "tecnología" utilizada por los aviadores de la Fuerza Aérea para elaborar las "contramedidas" ante los ataques a sus naves.

En términos castrenses se denomina "chaf" a los elementos que se arrojan desde los aviones para "confundir" a los misiles enemigos.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Jorge Chevalier, quien combatió en Malvinas, explicó cómo se utilizaban mecanismos rudimentarios para fabricar esas contramedidas.

"Nuestras contramedidas de chaf y de bengala eran de manufactura propia. Eran para evitar que ante el lanzamiento de un misil se le pegue al avión. Llega un momento que el misil puede no discriminar, tanto sea infrarrojo como electromagnético", explicó y agregó:

"¿Sabe cómo hacíamos nosotros los chaf? Con una máquina de hacer fideos en la II Brigada aérea de Paraná. Por ahí está todavía, yo la vi en alguna foto a esa máquina, debe ser histórica. Adentro se le ponía papel metalizado que se cortaba en función de la longitud de honda que tenían los misiles. Cuando creíamos que podíamos ser perseguidos hacíamos nuestro lanzamiento de las contramedidas".

Las referencias sobre la Guerra de Malvinas de Mohamed Alí Seineldín se cruzan antes o después en un mismo territorio: su carácter místico. "A Malvinas la envió Dios a través de la providencia", exclama Seineldín.

"Con el Proceso comienza la política de la decadencia. En el medio de esa menesunda cae algo que se llama Malvinas; obra de Dios, que manda acontecimientos que el hombre no alcanza a ver y que sirvieron para unir al pueblo argentino", concluye.
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