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 domingo, 22 de enero de 2006  
Un futbolista que creció sin regalos, sólo con su esfuerzo
La historia de Gabriel Heinze
El ex defensor de Newell's se recupera de la rotura de ligamentos cruzados y espera llegar al Mundial

Javier Parenti / La Capital

Y ocho años después está jugando en la élite mundial, luciendo la camiseta de Manchester United. Gabriel Iván Heinze, aquel que llegó a Rosario desde su Crespo natal para formar parte de las inferiores de Newell's y que sólo jugó 8 partidos en la primera rojinegra, en el Apertura 97. Este entrerriano que hoy está en plena recuperación de una lesión muy complicada, rotura de ligamentos cruzados en la rodilla izquierda, que amenaza con dejarlo afuera del plantel de la selección argentina que jugará el Mundial de Alemania.

Ese es su sueño de hoy, el que parecía imposible aquella tarde del 23 de noviembre de 1997, cuando jugó su último partido con la camiseta de Newell's.

Un clásico que prefiere ni recordar, el del 4 a 0, ese que lo dejó muy caliente y triste. "Cómo iba a imaginar un presente como el de hoy", dijo Gabriel en diálogo con Ovacion, cuando se dio una vueltita por la ciudad por invitación de un maestro que tuvo en sus comienzos, Jorge Griffa.

-¿Qué pensaste tras ese partido?

-Quería dejar el fútbol. Es que había luchado tanto para estar en un clásico tan importante y me había dado mucha tristeza perder de esa manera, que no quería saber más nada con el fútbol.

-Y extrañamente al toque te fuiste a Europa.

-Son cosas del fútbol también. Los dirigentes habían decidido que me debía ir y lo tomé como un desafío más. Aunque no estaba preparado. Quería seguir disfrutando del fútbol argentino, pero se dio así, fui a Valladolid, en España, y estoy agradecido a ello.

-¿Fue muy duro al principio?

-Sí, pero de eso también se aprende. Me costó y me dejó muchas enseñanzas.

-¿Cuándo sentiste el click, en qué momento dijiste ahora sí estoy en el camino principal?

-Al año, cuando empecé a jugar en Valladolid, cuando me sentí útil al equipo. Hasta ahí no había jugado porque era muy joven (tenía 19 años), a esa altura uno piensa en otras cosas, hasta que comencé a pensar como jugador profesional.

Entonces se sucedieron un par de cambios de camiseta. Su paso por Sporting Lisboa de Portugal, su regreso a Valladolid y el excelente nivel alcanzado en París Saint Germain (Francia), que le abrió las puertas de la selección que conducía Marcelo Bielsa.

Sin embargo, de arranque, fue resistido. La mayoría pensó que Bielsa estaba loco realmente al convocar a un defensor que en Argentina muy pocos recordaban por su paso fugaz por Newell's. Pero por su fortaleza anímica y su entrega constante, el Gringo ni se preocupó: "al único que debía responderle era al entrenador. Nunca me importó lo demás. Cuando me puse la camiseta argentina el único objetivo era defenderla a muerte y brindarle todo".

-¿Qué orgullo, no?

-Es algo que no se puede explicar, se siente. Tuve esa oportunidad y se lo agradeceré siempre a Bielsa. Después, con el tiempo, empezó el reconocimiento, el cariño, la confianza y los partidos consecutivos defendiendo la camiseta que uno siempre más ama: la de la selección, y la bandera argentina. Es imborrable.

-El mérito fue de Bielsa que te recuperó para el fútbol argentino, pero después también tuviste el respaldo de José Pekerman a través de sus convocatorias.

-Eso muestra lo que uno siempre trató de brindar. Y es por eso que más que nunca debo seguir por ese camino.

Un sendero que le opuso un duro desafío, como fue la rotura de ligamentos cruzados, el pasado septiembre, jugando para Manchester United, uno de los cinco equipos más poderosos del mundo, ante Villarreal.

-¿Es el más grande de todos?

-Y... Es grande. No sé si el más poderoso, pero sí es muy importante, con muchos objetivos, con muchas metas de forma permanente y te da mucho orgullo representarlo.

-¿Cómo te trata su gente?

-Desde el primer día, hasta que me lesioné, lo hizo de maravillas. El hincha es muy pasional, como el argentino, me brindó mucho cariño y apoyo. Quiero agradecerlo jugando y dando todo por la camiseta.

-Está el Mundial, pero antes y después también la liga inglesa con Manchester, y luego otros objetivos.

-Claro, para eso quiero recuperarme, para seguir jugando que es lo que hice siempre. Los objetivos se verán a medida que pase el tiempo.

-Tenés casi 28 años, mucho por delante y ¿una vida pensada en Europa?

-No creo, la veo en Argentina. Es muy difícil desprenderse de un país tan lindo, además tengo toda la familia, los afectos y el cariño de acá es incomparable.

-¿Y de Newell's que recordás?

-Todo. Fueron 6 años, de los mejores de mi vida. En la pensión, con muchos amigos, chicos con los que teníamos objetivos en común, dedicarnos a esto, a jugar al fútbol.

-¿Volverías?

-No lo sé. Es pronto todavía. Pero... Por qué no.
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Heinze estuvo en Rosario invitado por Jorge Griffa.

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