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 domingo, 15 de enero de 2006  
Protestas en el kindergarten

Carlos Duclos

"Con esa inteligencia innata que no puede negársele y la experiencia de tantos años políticos, el ministro de gobierno de la provincia, Roberto Rosúa, sopló sobre el kindergarten kirchnerista santafesino y varios pampers se estremecieron y ajustaron". Estas ocurrentes palabras de un sagaz dirigente peronista sureño sirven para graficar una de las discusiones internas más importantes ocurridas en los últimos meses en el justicialismo provincial y en el que estuvo involucrado el nuevo referente político, Agustín Rossi. Rosúa, como un eco claro e intenso del gobernador Jorge Obeid, salió a decir, palabras más palabras menos, que para enfrentar a Binner no hay que inventar nada, hay que recurrir a la figura de Carlos Alberto Reutemann.

Las palabras del ministro merecen recordarse: "Le diré que el peronismo tiene un claro sentido de conservación y por eso va a elegir un candidato para ganar, el peronismo no hace caprichos. De manera que va a optar por Reutemann, de eso no me cabe ninguna duda" y descartó que pueda surgir otro candidato "con las características de Reutemann, que tiene su personalidad y conoce profundamente la provincia y a sus dirigentes".

Dos tramos de este texto deben destacarse: Primero: "El peronismo tiene un claro de sentido de conservación", lo que puede interpretarse como que el peronismo no tiene vocación suicida como para arriesgar con proyectos inseguros. El otro mensaje contundente y claro es: "El peronismo no hace caprichos". Lo del titular de la cartera de Gobierno fue tajante y de una claridad que sólo un ciego político podría no observar. Pero Rosúa, un dirigente inteligente y perito político, por si no bastara con esta contundente apreciación, dejó en claro algo más y no es poca cosa: Que Obeid "tiene hilo en el carretel para rato. Aún tiene mucho para hacer en la vida política -remarcó- es un dirigente importante del peronismo".

Más allá de la alianza Obeid-Reutemann que todas estas palabras dejan entrever, debe esclarecerse el mensaje subliminal que encierran en torno del gobernador a propósito del "hilo en el carretel". La verdad sea dicha y más allá de que pueda achacársele al gobernador algunos errores, no se puede negar que dos cuestiones y una tercera han caracterizado a su gestión: la realización de obras a lo largo y ancho de la provincia y el equilibrio de las cuentas fiscales. Y aún cuando Rosúa pueda estar incluso preocupado por la seguridad en la provincia, tampoco puede negarse que el delito en Santa Fe ha sido bastante contenido (en la medida que es posible contenerlo en un país arrasado cultural y económicamente y severamente atacado por el narcotráfico) si se lo compara con las seguidillas de hechos aberrantes que ocurren cotidianamente en otras provincias (el fenomenal asalto al banco de San Isidro o la muerte de un policía en las últimas horas en Capital, por ejemplo, o tantas muertes cotidianas que apabullan a Buenos Aires y Córdoba). Esto es, también, mérito de la gestión de Obeid.

Que todas estas cuestiones positivas, y otras, no sean debidamente conocidas por la ciudadanía es una cuestión aparte y los motivos son varios y no del caso considerar en esta oportunidad. En suma, que las palabras de Rosúa también pueden interpretarse como que el hilo en el carretel se debe, además, a la gestión aceptable del mandatario provincial en muchos aspectos.


Los motivos de la derrota
Lo cierto es que los contundentes dichos de Roberto Rosúa estremecieron a la generación joven kirchnerista santafesina encabezada por el diputado nacional Agustín Rossi. La réplica del novel delfín de Kirchner en Santa Fe no se hizo esperar y protestó: "Centrar toda la atención en un solo nombre es negativo, sobre todo cuando recién empezamos a realizar el debate sobre los motivos que nos llevaron a la derrota en las elecciones pasadas". Se puede discutir sobre si es negativo o no centrar la atención sobre un solo hombre. Desde este punto de vista lo dicho por Rossi es atendible, lo que no parece demasiado razonable es que se pretenda debatir (¿recién ahora?) sobre cuáles fueron los motivos de la derrota del peronismo en Santa Fe. ¿Quién fue el candidato? ¿Quién tuvo la responsabilidad de la campaña? Que Rossi diga que se debe debatir sobre cuáles fueron los motivos de la derrota supone que inicie su propio proceso.

Paradójicamente, y como bien dice un agudo observador político: "Rossi perdió escandalosamente en Rosario, su ciudad, y logró menos votos que en otros puntos de la provincia".

Otra de la réplica de Rossi a Rosúa fue preguntarse: "¿Qué quiere decir Rosúa, que si Reutemann no es candidato, ya le tenemos que poner la banda (de gobernador) a Binner?". Pues no hay que ser un sagaz analista político para ir aceptando que en 2007 si Reutemann no es el candidato a gobernador la provincia pasará a manos del socialismo popular sea el candidato Binner, Lifschitz o Giustiniani. Y excepto que exista algún plan subrepticio peronista para ser funcional al socialismo, a las huestes del general no le queda otra, como bien dice Rosúa, que encolumnarse detrás de Reutemann y Obeid y en unidad, porque sin unidad el destino del oficialismo santafesino es aún más dudoso.


La procesión a Balcarce 50
Posiblemente en el marco del escozor que provocaron las palabras del ministro de Gobierno de Obeid la reacción de Rossi fue un poco más allá (no mucho en realidad para los términos políticos) y se volvió a preguntar: "¿Que quiere decir (Rosúa), que la estrategia que nos queda es ir todos en procesión a Llambí Campbell? (en irónica alusión al campo de Reutemann). Me parece que ese no es el camino".

Estas palabras de Rossi sirvieron para que un dirigente peronista le recordara a quien esto escribe lo siguiente: "Pero ya fuimos en procesión a Balcarce 50, vinieron los muchachos, cerraron hasta la misma campaña nacional en Rosario el Día de la Lealtad ¡Y mire como nos fue!". Después de todo la queja es bastante atendible ¿O no?

Más allá de que Rossi exprese que no es momento de hablar de candidaturas (lo que es cierto), estas palabras no se condicen con la realidad política. Y no se condicen lamentablemente para la ciudadanía, que observa ya resignada como algunos dirigentes políticos de todos los signos se ocupan de cuestiones de entrecasa mientras deberían centrar su atención en buscar soluciones para tantas dificultades que soporta el ciudadano común. Muchos (no todos) y en todas partes tienen como prioridad la campaña, es decir permanecer en la escena del poder. Sin ir más lejos el propio Rossi y la misma vicegobernadora María Eugenia Bielsa acaban de fundar una institución política que no es, para muchos, sino una corriente interna que propugnará a Rossi gobernador, Bielsa intendenta.

El mismo Rossi, por ejemplo, en sus declaraciones, no lo ha negado pues sostuvo que él no se autoexcluye de ninguna candidatura. En el idioma político ¿qué significa esto? Pues tal vez que aspire a ser candidato a gobernador, lo que es legítimo. Claro que la pócima política, en cuanto a mensajes se refiere, es otra: Cuando un dirigente quiere ser candidato u obtener un puesto lo primero que hace es negarlo rotundamente o guardar prudente silencio. Las razones varias: entre ellas estrategias, pues nadie quiere mostrar las cartas antes del debido tiempo. Pero razones cabalísticas también las hay, a veces. Si ha de atenerse el observador a este último aspecto, la suerte de Rossi, por no haber respetado la fórmula mágica de la política podría, ¡quien sabe!, estar sellada.

Pero tal vez el titular del bloque oficialista apueste a vientos favorables ¿Cuáles serían, entre otros? Por ejemplo que Reutemann decidiera no participar en la provincia de Santa Fe y seguir como senador y que diera la orden a sus seguidores de no participar. O que el senador, por las circunstancias del país, fuera determinado a ocupar un puesto de trascendencia en el nivel nacional: la candidatura a presidente, por ejemplo.

Podrían existir diversos motivos por los cuales este joven, que de pronto se encontró en un puesto impensado, se convirtiera en candidato único del peronismo, pero aún así: ¿Alcanzaría ello para derrotar al socialismo? Empresa difícil especialmente cuando el justicialismo santafesino no acierta en hacerle comprender a la sociedad qué siente, qué hace por ella, que procura para ella. En este sentido el justicialismo santafesino es bastante pueril, aún no salió del kindergarten.
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