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 domingo, 15 de enero de 2006  
Dietas controladas: ¿tiranía de la delgadez?

Adelgazar se ha convertido en una obsesión que puede derivar en alguna enfermedad. El hecho de que algunas personas vivan engordando y adelgazando está creando una nueva patología. Hay gente delgada por naturaleza, pero con energía, que difícilmente aumente de peso con la comida, y otra que ha hecho de su vida un continuo peregrinaje por las dietas de adelgazamiento que conllevan a síntomas de fatiga y debilidad.

Lo que no debe confundirse es la obesidad con el insignificante sobrepeso de unos kilos (los regímenes milagrosos y fáciles no existen). El ideal de belleza que se ha impuesto no sólo resulta inalcanzable sino que la frustración por no comer, en algunos casos, lleva a sentir odio por el cuerpo, a la búsqueda de nuevas dietas, y a desórdenes como la bulimia y la anorexia.

A pesar de que someterse a la tiranía de la delgadez puede originar problemas físicos y psíquicos, en casi todos los países un 90 por ciento de las mujeres, y ahora también los hombres, se ha puesto alguna vez a dieta sin necesitarlo, y un 35 por ciento ha probado como mínimo cinco regímenes porque la delgadez se insinúa como sinónimo de éxito. Actualmente los modelos que impone la sociedad sumado al auge de productos light han traído como consecuencia, también, patologías nerviosas. Así lo aseguran los especialistas en nutrición que afirman tener los consultorios llenos de mujeres que quieren adelgazar, y de modelos que semanas antes de los desfiles sólo se alimentan con ensaladas y diuréticos.

Antes de iniciar una dieta sin control médico, habría que tener en cuenta cómo funciona el organismo para tomar las precauciones necesarias. Está comprobado que no comer o ingerir poca comida altera el sistema nervioso. El hipotálamo es el encargado de regular estas funciones y cuando se está a dieta se resiente. Además, produce halitosis (saliva más espesa y mal aliento). Un régimen prolongado y sin control puede traer problemas de salud (carencias vitamínicas, alteraciones cardíacas y endocrinas, entre otros). Otras consideraciones para tener en cuenta son:

n Alcohol: el vino es para disfrutar y compartir, y su consumo moderado es beneficioso para la salud porque protege el sistema cardiovascular, incrementa las lipoproteínas de la densidad o portadoras del colesterol bueno, además de actuar como un agente antiinflamatorio que juega un papel importante en el proceso arteroesclerótico (un vasito de vino en las comidas puede disminuir los niveles de tensión aunque tenga algunas calorías).

n Productos light: Luc Montignac, investigador y químico francés experto en nutrición, lleva años insistiendo en que lo light se inventó cuando se pensaba que lo que engordaba eran las calorías. Según el especialista estos productos ejercen un efecto rebote porque el organismo al notar la ausencia de ciertos elementos, de inmediato y de forma desordenada, los fabrica.

n Chocolate: un grupo de químicos en Washington (EE.UU.) señalaron que el chocolate, aparte de ser un deleite para el paladar, previene enfermedades cardíacas porque aumenta los índices del colesterol bueno. El chocolate como las uvas, contiene poliferoles, compuestos que no sólo combaten los radicales libres (principales causantes del envejecimiento) sino que impiden la oxidación del colesterol malo que bloquea las arterias. El chocolate amargo (70 por ciento de cacao) es el mejor.

n Nutrientes necesarios: la comida es un elemento de compensación y a veces suele convertirse en un paliativo para compensar ansiedades, dificultades, agobios, apuros, estrés, enojos o alteraciones, no sólo porque comer se convierte en una satisfacción, al menos momentáneamente, sino porque los alimentos aportan los nutrientes necesarios para que el organismo se fortalezca.

n Cambio de hábitos: la vida sedentaria y el fast food se pueden combatir sin necesidad de realizar grandes esfuerzos. En la alimentación se deben incluir cereales variados, pan integral, aceite, legumbres, ensaladas, frutas y verduras. Después, y de forma moderada, frutos secos, pollo, carne, quesos, pescado y huevos. La cocina es una seducción que irradia entusiasmo y equilibrio en quien la practica o degusta.

n Agua y comida: las arrugas, aunque asoman a partir de los cuarenta, se disimulan con unos kilitos de más. A las células hay que nutrirlas e hidratarlas, y la comida y el agua son la base.
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