Yo creo: "El marketing abre puertas a los libros"

Marcelo Menichetti / Escenario

¿Qué no podrá lograr una buena política de marketing si hoy vende, a través del cine, obras escritas a mediados del siglo pasado? El recién estrenado filme "Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero" batió récords de taquilla en la Argentina tras una machacona campaña publicitaria que dio sus frutos en las boleterías. La historia escrita por C.S.Lewis entre 1939 y 1954, y publicada en siete libros, desde 1950 a 1956, narra las aventuras de cuatro hermanos quienes descubren un mundo mágico que evoca la lucha del bien y el mal durante los terribles años de la Segunda Guerra Mundial.

Tras el precedente que sentó en 1977 "La guerra de las galaxias", la saga de George Lucas, durante el primer año del siglo XXI regresó el cine episódico sorprendiendo a la platea con las filmes de "Harry Potter", sobre las novelas de la autora inglesa Joanne K. Rowling, y "El Señor de los Anillos", la gran obra de John Ronald Revel Tolkien, escrita en 1954 y llevada al cine con espectacular éxito. Tanto las aventuras del niño que estudia en el Colegio Howarts de Magia y Hechicería, como las de Frodo Bolsón, quien lucha a brazo partido para proteger el anillo mágico forjado por Saurón, remitieron al público infantil hacia la literatura de aventuras. Los libros volvieron a las vidrieras de las librerías y más de un chico se asomó al mágico mundo de la literatura gracias al cine, con lo que se confirma que el marketing abre puertas a los libros. "Oliver Twist", el filme de Roman Polansky basado en la novela de Charles Dickens, también convoca desde las carteleras, por lo que soñar con que los chicos descubran los tesoros que encierra la lectura no suena a utopía sino que es una posibilidad cierta.

En tren de ensayar nuevas posibilidades pueden abrigarse esperanzas de que lleguen nuevamente al cine todas las obras del italiano Emilio Salgari ("Los Tigres de la Malasia", "Sandokán"), o las de Mark Twain ("Las aventuras de Tom Sawyer", "Un yanqui en la corte del Rey Arturo"). También se puede especular sobre cómo resultaría llevar al cine "El príncipe valiente", del historietista inglés Harold Foster, o "El eternauta", la gran historieta argentina escrita por Héctor Oesterheld.

Si el mercado consiguió (voluntaria o involuntariamente) que los chicos se asomen a los libros, merce un aplauso.