Falleció el taxista baleado y sus colegas paran hasta hoy al mediodía

La ciudad se quedó sin servicio desde ayer. Los choferes fueron dejando de trabajar desde la madrugada

"La peleó hasta el final, pero dijo basta". La frase reflejó la evolución de Jorge Poremba, el taxista de 65 años que murió ayer a la madrugada después de que el miércoles 4 de enero le balearan el hombro en el Camino Viejo a Soldini y Ovidio Lagos. El duelo generó la inmediata reacción de sus colegas, quienes decidieron parar hasta que hoy el cuerpo sea sepultado. Sin embargo, no se descarta que desde mañana se establezca una nueva medida de acción directa.

Poremba permaneció internado desde la noche de aquel miércoles, cuando dos jóvenes pasajeras -según él mismo les dijo a sus familiares antes de ser atendido- le dispararon tras sustraerle 40 pesos, parte de la recaudación. La bala le atravesó el cuerpo desde el hombro hasta la ingle y le provocó hemorragias internas.

Antes de ser inducido a un coma farmacológico, el taxista alcanzó a contarle a su familia su último viaje. En base a ese comentario, la policía comenzó a reconstruir lo ocurrido y a "rogar" que mejore su estado salud para que él mismo pudiera contar exactamente qué pasó, por eso ahora, tras la muerte, será aún más difícil dar con las delincuentes, aparentemente menores de edad.

Tanto era así, que los uniformados habían invitado a la población, a los vecinos y los taxistas a informar si vieron o escucharon algo y así echar un poco de luz sobre la sombra que enmarca la pesquisa del hecho.

Habían pasado las 2.30 de la madrugada de ayer cuando ya fuera de toda compensación hemodinámica, el paciente dejó de existir. Desde el Sanatorio Laprida, avisaron a la familia que velaba por la recuperación de el poremba, como le decían incluso sus amigos.

"Se fue un 14, como el número del coche de la (ex) línea E que manejó toda su vida", recordó Gladis, la hija del taxista, desde el velatorio que se realizó en la cochería de Entre Ríos y 27 de Febrero. La muchacha se había mostrado permanentemente dispuesta a dialogar con la prensa y ayer mismo volvió a hacerlo aun en medio del dolor. "Creo que hasta esperó el día", insistió en torno a la fecha del fallecimiento de su papá.

Y no dejó de recordarlo un instante. "El decía que a los Poremba los mueven, pero no los tumban", señaló antes de proseguir: "Tenemos que seguir siendo una familia sólida; murió como un grande".

Y, al decir de Gladis, fue tan así que "movilizó a todos". Era un tipo querido, por eso sus compañeros no dudaron un instante en organizar un duelo que se sienta en la calle y fueron al paro pensando en que será una herramienta que logre evitar más situaciones de inseguridad.

En plena madrugada, automóviles conducidos por peones y propietarios de licencias comenzaron a unirse en la puerta del sanatorio de Laprida al 1000. Allí, espontáneamente, definieron la huelga que luego fue tomando forma a medida que avanzó la mañana.

De a poco, los taxistas se fueron concentrando en sitios clave, como la Terminal de Omnibus Mariano Moreno (ver página 4). Es sabido que si los taxis de allí se suman a la acción, pronto le seguirán los demás.


Protestas
Pasado el mediodía, por ejemplo, fue posible ver una treintena de choferes en medio de un piquete con quema de cubiertas en Santa Fe y Cafferata que, de todos modos, no obstruyó el tránsito.

Rosario fue haciéndose eco lentamente de la situación en virtud de las minimanifestaciones que se fueron organizando, como la de avenida Alberdi y Vélez Sarsfield a media mañana.

Así, sobre el mediodía ya no quedaban servicios en las calles. El sábado se tornó más desapacible que normalmente. Y los tacheros se encargaron de que la circunstancia permaneciera así. Hubo algunos que invitaron no muy cortésmente a que todos adhirieran al paro.

Pasadas las 15.30, Lucio Losano, colega de Poremba, confirmó a este diario que Rosario había quedado desierta de taxis. "Venimos de hacer una recorrida", dijo el taxista frente a la casa velatoria donde a partir de ese momento comenzaban a llegar los familiares del hombre fallecido.

La decisión fue indeclinable, la medida de fuerza seguiría hasta que terminara la inhumación de los restos en el cementerio El Salvador. Poremba será trasladado en caravana hoy, a las 9, hacia esa necrópolis previo paso por la parada que compartía en Zeballos y Presidente Roca. Luego, cerca del mediodía, el paro será levantado fundamentalmente debido a la llegada de los turistas que regresan a Rosario tras la primera quincena de enero.

Pero mañana, cuando, pasadas las 10, se realice una asamblea de taxistas en el Parque Independencia, podría definirse la continuación de la huelga.

El ministro de Gobierno de la provincia, Roberto Rosúa, había prometido el jueves, tras una multitudinaria marcha de taxis a Gobernación que reunió unas 400 unidades, incorporar "de inmediato" un número telefónico en clave a través del que se podrá llamar a la policía cuando haya peligro.

En esa oportunidad, el funcionario enumeró otros detalles de la reunión. "Analizamos las medidas de seguridad que dispone la policía y acordamos modificaciones y refuerzos", indicó. También se refirió a los controles fijos ubicados en avenidas y zonas evaluadas como riesgosas, y que tienen la facultad de detener a los vehículos y chequear la identidad de los pasajeros.

Desde la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti), su presidente, Mario Cesca, hizo la evaluación del encuentro. "La reunión fue positiva, pero esto no lo arreglamos con una charla y el accionar de la policía o de Rosúa; acá hay una descomposición social tal, que la seguridad no sólo pone en peligro la vida de los taxistas sino de toda la sociedad", remató.

Ayer fue un día de duelo y protesta para los taxistas.