Disparos fallidos de un asaltante a la dueña de un maxiquiosco

A 24 horas de un crimen en un comercio del rubro, un ladrón le tiró a una mujer pero las balas no salieron. Unos policías lo atraparon a dos cuadras con el arma

El delincuente sorprendió a las hermanas Di Paolo, que atendían el minimarket de Ituzaingó y Ayacucho a media mañana. Sin vueltas, le apoyó el caño de una 9 milímetros a una de ellas y no dudó en gatillar cuando una de las víctimas ofreció mínima resistencia. Por suerte, el arma no funcionó y los gritos de las mujeres pusieron en fuga al intruso, que fue alcanzado por la policía a dos cuadras.

Daniela y Cecilia atienden junto a Pablo, el novio de la primera, el maxiquiosco y bar ubicado en la ochava noroeste de Ituzaingó y Ayacucho, a una cuadra de la Escuela de Cadetes de la Policía Provincial. Ayer, poco después de las 10.30, las hermanas se encontraban solas mientras acomodaban mercadería en las estanterías. En eso apareció un muchacho joven.

Mientras su novia y su cuñada declaraban en la seccional 4ª, Pablo contó a La Capital que el delincuente no puso ninguna excusa. "Directamente sacó el arma y levantó la tapa-puerta del mostrador. Agarró a Daniela del cuello y le puso el arma en la cabeza", recordó el muchacho mientras atendía a clientes y acomodadaba mercadería.

A poco más de 24 horas del asesinato a quemarropa de un comerciante en la zona norte (ver aparte), lo que se vivió ayer en jurisdicción de la seccional 4ª o la ex República de Sexta bien pudo terminar en una tragedia. Según contó Pablo, una de las mujeres intentó defenderse y el ladrón apretó el gatillo. Pero el arma no funcionó. Las víctimas comenzaron a gritar con más fuerza ante lo cual el ladrón optó por retirarse a toda carrera. Antes alcanzó a golpear a Cecilia en la cabeza.

Según testigos, el muchacho corrió por Ayacucho hacia el norte y se subió a una bicicleta que había dejado apoyada contra la pareda a unos 30 metros del negocio. Pero la suerte no lo siguió acompañando. De acuerdo a fuentes policiales, una mujer que fue testigo de la huida y que observó todo desde su camioneta al pasar por el lugar comenzó a seguir al sospechoso.

La carrera del maleante terminó cerca de allí cuando dobló por Cochabamba en dirección al este, es decir de contramano. Entonces se cruzó con un móvil de la Patrulla Urbana que circulaba en dirección contraria. La mujer que lo seguía de cerca les gritó a los policías "ese robó, ese robó". Cuando los uniformados lo prendieron le secuestraron una pistola 9 milímetros con cargador completo, calzada en la cintura.

Desde la seccional 4ª, en cuya jurisdicción ocurrió todo, se identificó al asaltante como Mateo B., de 22 años, quien figura con domicilio en Beruti al 1900.

El saldo positivo del episodio no silenció las voces de protestas de vecinos de la zona, quienes aseguraron que los atracos o robos callejeros son permanentes en ese sector de la jurisdicción. Actos de pillaje contra autos estacionados, arrebatos de carteras y bolsos a mujeres mayores y también atracos a mano armada son constantes. "Se ven pasar patrulleros, pero parece que no es suficiente. Acá las horas más inseguras son las de la siesta y las de la nochecita", aseguró una mujer, que prefirió no dar su nombre.