Sólo quiero independizarme

Tengo 24 años y padezco de osteogénesis imperfecta. Mis padres me trataron como a uno más de mis hermanos dándome los mismos derechos y obligaciones. Realicé mis estudios en el colegio Nuestra Señora del Valle. Al terminar hice cursos de computación. Repartí currículum por todas partes buscando trabajo, pero nunca me llamaron ni para una entrevista. No me rendí hasta que conseguí entrar en la cooperativa que vende tarjetas magnéticas para los colectivos. Pero el sueldo que cobro no es suficiente para poder independizarme. Mis padres no son eternos y no quiero ser una carga para nadie. Ser discapacitado no significa no tener capacidad, sino que tenemos capacidades diferentes. No hacen falta piernas para atender un teléfono o manejar una computadora. Después de todo gracias a la educación que recibí soy una persona sencilla con un espíritu incansable que busca tener un trabajo digno como cualquier persona. Me traslado en una silla de ruedas a baterías y tomo el colectivo 122 de la Semtur. Tengo fe de que alguno de los que lean esta carta me va a dar una oportunidad y yo voy a poder demostrar que soy capaz.

Virginia Otermín

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