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 sábado, 19 de noviembre de 2005  
Premio UIA 2005
Orden en el caos

Aníbal Fucaraccio

Un grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de Rosario (UNR), integrado por Bruno Beltramino, Marina Panella y Lucas Rodenas, fue el único equipo argentino premiado en el último Congreso Mundial de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA 2005) que se desarrolló en Estambul, Turquía. El concurso planteaba la necesidad de resolver un espacio para condiciones extremas y extraordinarias y los alumnos dieron una respuesta sintética y precisa que ganó la atención de un calificado jurado entre más de 1200 trabajos de todo el mundo.

Esta competición internacional para estudiantes fue un gran desafío para estos futuros arquitectos, quienes demostraron una notable capacidad creativa (y de resumen) en el diseño de un espacio apto para diferentes funciones y para ser instalado en lugares que son extraordinarios en términos de situaciones geográficas, topografías, flora, clima o también por sus condiciones sociales y políticas.

Beltramino y Panella fueron convocados por la cátedra de Proyecto Arquitectónico de Daniel Vidal -de la cual son adscriptos-, para participar del concurso y ellos se pusieron en contacto con Rodenas (no pudo estar en la sesión de fotos) para desarrollar las primeras ideas. En tanto, los supervisores del trabajo fueron José Luis y Sebastián Ruani.

"Ya habíamos hecho un concurso el año pasado sobre las inundaciones en Santa Fe y sacamos un premio, así que teníamos una base que pudimos seguir desarrollando sobre temáticas sociales. Sobre esa experiencia, terminamos creando para el concurso de la UIA una serie de viviendas mínimas trasladables fabricadas con contenedores en desuso", contó Beltramino.

"Pensamos en un módulo de ayuda humanitaria", señaló Marina Panella quien sostuvo que la intención fue "brindar un refugio capaz de enfrentar las catástrofes que pudieran surgir en cualquier parte del mundo y para eso queríamos algo que sea útil y versátil para que se pueda adaptar a cualquier situación".

"No le dimos una ubicación geográfica determinada, a pesar de lo que decían las bases, porque queríamos un proyecto que pueda otorgar varias respuestas para cualquier sitio. Siempre enfocado desde una problemática social. Pensamos en gente que, después de una catástrofe, pueda sentir un lugar como propio, buscamos un punto de vista más humanitario", agregó Panella.

Al respecto, Beltramino sostuvo que no querían caer en las carpas de campaña que tradicionalmente utilizan las fuerzas armadas para estas ocasiones. "Creamos un concepto de vivienda mínima y flexible que también pueda servir de base a comedores o dormitorios comunitarios", dijo.

Cada contenedor ideado por este grupo de estudiantes, a su vez tenía sub módulos de plástico más chicos que conformaban el baño, la cocina y el dormitorio. Con esos tres sub módulos, intercalándolos de distintas maneras se otorgaba la posibilidad de armar diferentes tipos de viviendas. Y el acceso a estas viviendas mínimas se lograba a través de una cara rebatible que funcionaba como explanada de ingreso.

Un punto importante fue que el sistema de sub módulos se ensambla siempre dentro de los contenedores, los cuales permiten una gran facilidad de traslado. Cada contenedor al llegar al sitio se despliega y se empieza a agrupar de diferentes maneras de acuerdo a las diferentes situaciones en la que se implanta. "Así conseguimos una visión distinta, porque tomamos todo lo que decían las bases pero no dimos una única respuesta a un solo requerimiento. Tuvimos en cuenta varios puntos y generamos un proyecto útil a lo que se pedía", relató Panella.

-¿Por qué se inclinaron a la temática social?

-Beltramino: Porque no queremos pensar la arquitectura como una escultura sino como un lugar donde la gente habita, lo usa todos los días y debe resolver sus problemas.

-Panella: Siempre pensamos el espacio no como una imagen sino como un lugar para vivir. Es una búsqueda que como estudiantes de arquitectura vamos desarrollando. Algunos se inclinan más para todo lo que es la forma y otros piensan más en la gente. Son orientaciones que cada uno elige a través de inquietudes personales y de formas de proyectar. Lo social nos interesa porque queremos que sea el comienzo de lo que vamos a ser como profesionales.

-¿Cuál fue el desafío más importante que encontraron en el desarrollo del proyecto?

-Beltramino: Lo que queríamos hacer, y lo que más nos costó, fue sintetizar. Cada módulo tenía que ser sintético, claro y debía representar lo mínimo. Así llegamos a los sub módulos de plástico que eran la mínima expresión de un baño, de una cocina y de un dormitorio.

-¿Cómo decidieron la estrategia de presentación?

-Panella: Fue interesante pensar cómo mostrar nuestro proyecto porque era un concurso mundial con 1.200 trabajos. Queríamos impactar sin caer en excentricidades. Intentamos que un panel logre llamar rápidamente la atención de un juez transmitiendo nuestra idea sintéticamente. Y nos sorprendió haberlo logrado.

-¿Se imaginaban que podían llegar a ganar un premio?

-Panella: Teníamos un gran desconocimiento acerca de lo que podían mandar los otros participantes. Es que las bases eran muy abiertas. El proyecto podía llegar a ser una casa en el medio de una montaña, en el desierto o en el centro de una ciudad. Entonces apuntamos a dar una respuesta a algo que nos preocupa y que está influenciado por la realidad socioeconómica de nuestro país. Y si bien estábamos muy conformes con lo que mandamos, no teníamos muchas expectativas sobre los premios.

-¿Qué fue lo más valioso que les dejó este trabajo en conjunto?

-Panella: Fue una experiencia intelectual muy importante que nos permitió afirmar un montón de conceptos que veníamos trabajando. Y nos dimos cuenta de que en algún lugar muy lejano también podían entender lo que planteábamos. Fue como una guía que nos va a permitir seguir trabajando en el futuro y la confirmación de que lo que estamos haciendo va por buen camino.

-Beltramino: Además, nos convencimos de que hablamos todos el mismo lenguaje porque el jurado era de diferentes partes del mundo y la arquitectura que se planteó fue una sola.

-¿Les sorprendió ese carácter universal?

-Panella: Me impactó muchísimo. Poder hacerse entender ante otras culturas, con otras realidades políticas y económicas muy diferentes a la nuestra fue increíble. Me sorprendió mucho llegar a comprender cabalmente la universalidad de la arquitectura.

-¿Tienen pensado hacer algo en el futuro con los conocimientos que han adquirido en la materia?

-Beltramino: Sería bueno poder desarrollar un prototipo pero hay que buscar la forma de financiarlo.

-Panella: Más allá de eso, el primer objetivo que nos planteamos es chico, queremos introducirlo en la cátedra de Proyecto Arquitectónico en la que somos adscriptos para poder transmitírselo a otros estudiantes. Queremos transmitirles los conceptos que ganamos para que puedan llegar a implementarlos. Este camino (o esta visión social de la arquitectura) no se cierra acá, se puede transmitir, construir o ser pensada como un plan.
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